El Programa municipal de Atención en Adicciones cierra el año con “Graduados” y resultados positivos en salud mental. Las adicciones revelan falta de comunicación y problemáticas familiares como diagnóstico principal. En Pinamar hoy existe el espacio para afrontarlas. Su trayectoria y variables serán presentadas en el Congreso de medicina general.
En diciembre de 2019 un equipo de profesionales de la Salud mental comenzó con el Programa municipal de atención en Adicciones (PMA). La pandemia tuvo un efecto negativo en lo emocional al restringir la socialización, motivos sobraban para abrir espacios de apoyo en salud mental. El PMA cumplió 4 años y, con la satisfacción de lograr el alta de las primeras personas que superan el tratamiento, realizaron un evento público en el teatro de la Torre con el testimonio de sus primeros “Graduados”.
El evento tuvo sus repercusiones, positivas en general para la comunidad y las familias que apoyaron. Al respecto, charlamos con Luciano Román González, Psicólogo, Director asociado del primer nivel de atención del Municipio de Pinamar e integrante del equipo.
“Este evento es un acto, en sí mismo, de prevención en Adicciones porque se lo saca del estigma para decir que es algo que hay que visibilizar, que pasa, somos humanos, que se puede trabajar y que no debe dar vergüenza. Es un trabajo muy grande que la propia persona que sale del Programa sienta orgullo y brinde su testimonio. Fue muy emotivo para los egresados y para el resto del grupo que también participan del mismo. Todos quisieron hablar y dar su testimonio, las familias subieron al escenario a hablar, hermoso. Fue uno de los eventos de salud más importantes que hubo en Pinamar.”- destaca Luciano, profesional a cargo del programa.
La palabra “paciente” va dejando de utilizarse en quienes trabajan en Salud Mental, en el caso del equipo municipal de Pinamar prefieren referirse a “personas consultantes”. Los cambios responden a nuevos criterios que rompen paradigmas viejos, lo mismo con el hecho de visibilizar y no esconder, de salir del estigma y vergüenza a la satisfacción por el esfuerzo de enfrentar y tratar una adicción, y ponerlo como ejemplo de superación. El mensaje social cambia, se vuelve más humanitario.
A esto se refiere el profesional: “Una vez al año hacemos jornadas familiares donde nos juntamos todxs y viene un montón de gente. La primera jornada éramos solo dos profesionales del equipo y personas que hacían el tratamiento, cuando quisimos sacar una foto todos dispararon, no querían. Hoy tenemos a todas las familias involucradas y asistimos a un Teatro de la Torre lleno, a celebrar el logro de 5 personas que salen del programa luego de muchos años.”-
El programa es ambulatorio (sin internación) y recibe personas de toda la región que hacen un gran esfuerzo para viajar cada día y hay relatos que conmueven como el de “La terapia de los 100 kilómetros”: “Tenemos una persona que viene de San Clemente hace años, cuatro veces por semana, y habló de la terapia de los 100 km que le había permitido comunicarse con su familia, expresar cómo se sentía y todo lo que el programa significaba para su vida.”- resume Román González.
El PMA funciona con sede en la sala de Valeria del Mar. Trabajan todos los días, de 14 a 21 hs. Tienen alrededor de 70 consultantes por semana. Cada persona tiene terapia individual y vincular (entre la persona y su familia), grupal y dos horas de taller. Son alrededor de 500 turnos por mes. No hay un rango etario límite. El tratamiento no puede ser menor a tres años porque es un proceso que requiere de ese tiempo mínimo para dar resultados.
En cuanto al equipo a cargo es interdisciplinario: lo componen tres Psicólogos/as, cuatro Psiquiatras, un Licenciado en Enfermería que lleva adelante el Taller de Psico-corporalidad y “Roxy que es muy importante en este equipo”- subraya Luciano y agrega: “Es la administrativa del programa que es quien toma el primer contacto con las personas, rol para el cual se requiere un especial conocimiento y empatía.”
Para la entrevista inicial ahora sumaron una psicóloga residente del programa “Prim” que significa Proyecto de Residencias Integradas Multidisciplinarias y es otro programa que se destaca desde el sistema de Salud. Implica un abordaje integral de la salud en todos los procesos y se trata de que médicos generalistas, psicólogos, trabajadores sociales y Enfermería trabajan en forma interdisciplinaria y articulada para lograr asistencias integrales de la salud. “Este integralidad te obliga a repreguntarte el modo de trabajar por ejemplo y de atender un problema de salud desde una mirada complementaria”- Explica el profesional.
Lo último y novedoso también, desde el PMA, es que están preparando un trabajo de diagnóstico del programa para presentarlo en el Congreso de medicina General que será en Neuquén en noviembre de este año, con el objetivo de evaluar los resultados, los procesos, las variables de cambio, los aspectos positivos y los que hay que corregir del programa.
─¿Ves una cuestión de género en el cupo de las personas consultantes al programa de Adicciones?
Puede ser, de los grupos que tenemos hay un 20 % de mujeres, es decir que los varones son el 80 % de quienes llegan a estos tratamientos.
─¿Podríamos pensar que un factor cultural es la falta de comunicación por esa creencia patriarcal de no expresar las emociones?
Existen factores que encontramos y estamos investigando, muchas cuestiones tienen que ver con violencia intrafamiliar y todo remite a la primera infancia, ya a los 5/6 años pueden detectarse conductas. En la investigación también detectamos que muchas veces, la persona que inicia el tratamiento por adicciones, termina siendo el puntapié para que toda su familia saque a la luz situaciones que la dañaban en forma repetitiva, hereditaria y ni siquiera sabían bien como era la historia familiar porque de eso no se hablaba pero los había afectado, como abusos sexuales por ejemplo.
Hay distintos tipos de consumo, los consumos problemáticos pueden derivar en adicciones. Hay ciertos grados que nosotros llamamos uso, abuso y dependencia. La situación se empieza a poner compleja cuando empezás a perder vínculos, cuando empieza a prevalecer el consumo o cuando preferís juntarte con quienes consumís, cuando el encierro es predominante, no te llevás bien con la familia o empezás a faltar al trabajo. El consumo puede empezar a los 12 o 13 años con tabaco.
Adicción empieza con el pre fijo “A” que significa “sin, falta de”, sigue con “DICCIÓN”, es decir “falta de dicción, de comunicación”, es decir que la gente no habla, no se comunican entre sí, no expresan lo que les pasa.
─¿Nos falta un montón de aprendizaje en cuanto a la comunicación para mantener vínculos sanos?
Te puedo decir desde mi lugar que hoy en Pinamar estamos mejor que ayer porque justamente este evento que hicimos se trata de eso, a nivel país creo que si, nos falta un montón de cosas por hacer y replicar, comenzando por trabajar en las familias para impactar en las personas y sus vínculos primarios, luego la comunidad. Es decir de lo mini a lo macro de la comunicación, hay que desmitificar, desestigmatizar y visibilizar la problemática para entender que el consumo es un síntoma y consecuencia de esas faltas.