Sigue la brecha de género a pesar del impulso de la Ley de Paridad y los movimientos feministas. El “efecto cabeza de lista” disminuye la representatividad de las mujeres.
“Las características del mercado laboral condensan la existencia de barreras visibles e invisibles instaladas en la sociedad, los hogares y en los lugares de trabajo. Las barreras visibles refieren al conjunto de prácticas y políticas dominantes que obstaculizan el camino de la mujer hacia un exitoso desarrollo profesional. Algunos cambios estructurales como horarios flexibles de trabajo, políticas de apoyo a mujeres con niños, programas de mentoring, entre otros, resultan útiles pero insuficientes a la hora de retener y ofrecer reales oportunidades de crecimiento a las mujeres con gran potencial en las empresas. Por otro lado, el mundo laboral convive con barreras más difíciles de detectar, reconocer y cambiar. Nos referimos a la cultura, la mentalidad de hombres y mujeres que bajo creencias incorporadas no generan las oportunidades necesarias que permitan a las mujeres ascender a puestos de liderazgo.” Así lo manifiesta Grow, una organización que trabaja para lograr una sociedad con igualdad de oportunidades para mujeres y varones, asesora a empresas, organizaciones sociales y cualquier tipo de institución, para promover espacios inclusivos de trabajo, como base necesaria para lograr la equidad de género.
“Género y trabajo” es su especificidad desde el año 2014. En la portada de su sitio web podes visualizar términos conocidos en el feminismo como: “techos o paredes de cristal, techos de cemento, escaleras rotas, pisos pegajosos.” En mayor o menor medida todos refieren a lo mismo, las dificultades reales, más o menos visibles, que afrontamos las mujeres para desarrollarnos profesionalmente en los diferentes ámbitos laborales, teniendo en cuenta al “trabajo como la herramienta de movilidad social más importante de las sociedades modernas”.
Seguilas: Grow
Los números que publica la organización son estudiados, investigados, medidos y las mujeres sabemos reconocernos en la realidad detrás de esas cifras porque lo vivimos a diario. Dice Grow: “¿Sabías que las mujeres…
“…ganan un 28 % menos que los varones por el mismo trabajo”
“…ocupan el 8 % de puestos directivos de empresas?”
“…dirigen el 4 % de las cámaras?”
“…y el 3 % de los sindicatos?”
Quien niegue esta realidad podríamos decir que vive en un tupperware o es negacionista. ¿Cuánta más investigación científica, estudios de género y marchas feministas hacen falta para evidenciar lo evidente?
Evidentemente mucho más porque el machismo patriarcal se resiste a puño y dientes. Si te suena o hace ruido, si te molesta…de eso va.
Las tareas de cuidado y domésticas son otro eje fundamental que es ninguneado y silenciado por el patriarcado, los hombres no quieren hacerse cargo en general y tampoco las valoran pero están medidas desde el Ministerio de Economía con un valor que supera lo aportado por la industria y el comercio inclusive, siendo la actividad que más aporta al producto Bruto interno del país (PBI). El estudio oficial reveló que, el trabajo en tareas domésticas y de cuidado, pasó de representar un aporte de un 15,9 por ciento al PBI a un 21,8 durante la pandemia. Por supuesto son tareas a cargo de las mujeres en su mayoría y nadie paga por ellas, ni las empresas ni el Estado. Tal es la desigualdad explícita que están comenzando a salir a la luz las “madres de hogares monomarentales” que, además de padecer la violencia económica por parte de los padres no convivientes que cortan la manutención y el cuidado de lxs hijxs, estas mujeres además se ven imposibilitadas o complicadas en su desarrollo profesional ya que deben pagar alguien que las reemplace en el hogar y la fórmula se vuelve asfixiante desde lo económico.
Según el informe elaborado por la Dirección Nacional de Economía, Igualdad y Género, que conduce Mercedes D’Alessandro dentro del Ministerio: “ el Trabajo Doméstico y de Cuidados No Remunerado (TDCNR) representa un 15,9% del PIB y es el sector de mayor aporte en toda la economía, seguido por la industria (13,2%) y el comercio (13%). En total, se calcula que se trata de un aporte de $ 4.001.047 millones de pesos, valor que resulta de monetizar la gran cantidad de tareas domésticas que se realizan en todos los hogares, todos los días. Por caso, para tener dimensión de los que esto significa, Industria aporta $3.324.163 millones al PBI, y Comercio, $3.267.584 millones.”
El informe también analiza cómo esta situación se vio agravada con la pandemia: “mientras muchos sectores productivos presentaron caídas en su nivel de actividad, el trabajo de cuidados, por el contrario, aumentó su nivel al 21,8% del PIB y muestra un aumento de 5,9 puntos porcentuales con respecto a la medición "sin pandemia”.
Mirá el informe oficial: Informe de Cuidados
Pero nos preguntamos ¿y qué pasa en el ámbito de la Política en época electoral y a dos años de la Ley de Paridad?
Desde Género y Trabajo publicaron esta semana los números que confirman los techos de cristal, las escaleras rotas, los pisos pegajosos y toda la estructura de cemento duro que envuelve a la movilidad del género en los ámbitos de representación política. Por hoy nos dedicamos a éste porque estamos en plena campaña electoral antes de las PASO, pero si entramos a ahondar en otros ámbitos como el del Periodismo y los medios de comunicación, por ejemplo, las cifras son bastante parecidas.
“¿Cómo están compuestas las listas? ¿Qué lugar ocupan las mujeres?
En el 78% de las provincias las mujeres encabezan menos de la mitad de listas, a excepción de Tucumán, La Rioja, Jujuy y Santiago del Estero.
En total, solo el 31% de las listas están encabezadas por mujeres.
Y ¿cuál es el impacto o efecto “cabeza de lista” en la realidad que se conformará?- Es claro que ingresan menos mujeres ya que en el caso de los partidos que logren sólo una banca, ingresan hombres y aquellos que logren 3 bancas, por ejemplo, dos varones y una mujer.
En Pinamar sólo dos listas, de las 9 que se presentan a internas este domingo 12 de septiembre, están encabezadas por mujeres, por ende menos del 30 por ciento:
- La lista 4 del Frente de Todos que lidera Sol Besteiro.
- La lista del Frente Vamos con Vos con Ferranti María Lucrecia.
Reflexión:
La brecha de género es una muestra más de la desigualdad que enfrentamos las mujeres dentro de un mundo y sistema de organización social que, en pleno siglo XXI, sigue reproduciendo estereotipos de género y sexo en la vida en general. Sin dudas, estamos ante la ruptura de un viejo paradigma que reinó por siglos y construyó muros difíciles de derrumbar. La lucha por implantar el nuevo paradigma de igualdad social tiene pocos años pero es un camino de ida, lo que es necesario remarcar es que no es excluyente de mujeres, hombres ni otras identidades, es un problema que incluye a toda la sociedad. Estamos todes en el mismo paradigma y es responsabilidad de todes cambiar esta historia de desequilibrio e injusticia, porque no se trata sólo de que haya mayor representatividad de mujeres y disidencias, sino de que quienes ingresen tengan la mirada de igualdad, justicia y equidad como objetivo primordial. Pero… por ahora, estamos empujando la escalada de género como primer paso.