La distribución de la riqueza, los tipos de feminismos, la carga de cuidados y la plata en manos de los hombres; las cuotas de alimentos y los varones `fugadores´, el costo de ser madre, las mujeres resistiendo; fueron algunos de los temas profundos que se abordaron en la charla feminista del Frente de Todos en Pinamar.
La Subsecretaria de Políticas de Género y Diversidad Sexual de la provincia de Buenos Aires, Lucía Portos y la abogada feminista Sabrina Cartabia mantuvieron un encuentro con mujeres del Frente de Todos en Pinamar, para hacer análisis, discusión e intercambio de ideas. Sol Besteiro, Fernanda Aguilar, Caro Maidana y Stella Boccardo, participaron como integrantes y militantes de la Lista que encabeza Gregorio Estanga para estas legislativas en Pinamar.
Una charla profunda que arrancó haciendo el inevitable análisis de los años de pandemia y lo que dejó, como desafío, ante la desmovilización popular y lo fragmentado dentro del mismo movimiento de “los feminismos”. Se remarcó un avance innegable, el proceso de institucionalidad política logrado a través de la creación de los dos Ministerios de las Mujeres, Géneros y Diversidad, que vino a dar una respuesta concreta al movimiento feminista organizado, pero que sin duda no alcanza para transformarlo todo.
“Por eso, estos encuentros sirven para discutir el espacio que nos representa y las ideas que queremos llevar adelante”- aclaró Lucía Portos al comienzo, pateando el tablero como es su estilo. “La conquista con la Ley del aborto fue una gran articulación, pero después vino la pandemia, la desmovilización y todo lo que pasó. Hoy vemos las fracturas pero hay que cristalizar que hay feminismos liberales, de derecha, o de la izquierda internacional que no aportan al proyecto de país que tenemos nosotras. Para nosotras el problema de los géneros es un tema de distribución de la riqueza, ése es el piso sobre el que nos plantamos y movemos. Por eso, el Ministerio es una herramienta pero no es la solución al problema, porque la respuesta está en los planes de gobierno que distribuyan la riqueza con igualdad”- agregó la funcionaria.
La desigualdad estructural
La igualdad en términos socio económicos es igualdad en términos políticos y los dos años casi de pandemia dificultaron mucho el poder discutir la distribución de la riqueza. Este es el planteo fundamental, dentro del mismo gobierno nacional y provincial, donde las mujeres que lo integran están dando el debate puertas para adentro, no como un capricho sino como la única solución posible para que la igualdad comience a ser palpable para los sectores desfavorecidos por el patriarcado y el capitalismo.
“Nos han endilgado el berrinche de que el feminismo es la copa menstrual o la salud sexual y reproductiva. El feminismo es todo eso pero fundamentalmente es la lucha de todas las compañeras por sobrevivir y sin redistribución de la riqueza sabemos que es muy difícil pensar en una sociedad libre de violencia”- remarcó Portos haciendo incapié en que el camino firme es con éste gobierno porque tiene perspectiva de género y está en permanente articulación con el territorio.
Discutir la economía, la deuda con el FMI y los planes económicos, es focalizar sobre la interseccionalidad del género con la clase social, donde se cruza la condición de ser mujer y trabajadora, categorías que son sinónimo de discriminaciones, opresión y exclusión, de siempre.
En este sentido, la funcionaria expresó: “Sabemos que los casos de violencia no son individuales y esto es el emergente de algo que no funciona a nivel estructural de la sociedad, que es la desigualdad entre los géneros y básicamente la crianza como rol asignado a las mujeres, sin salario. El cruce entre patriarcado y capitalismo es el origen de la maldad, el origen de las opresiones. El patriarcado es un sistema cultural de justificación de una opresión que produce muchísimo valor en términos económicos.”
El costo de cuidar la casa y lxs hijxs
La alusión fue hacia las “tareas de cuidados”, desvalorizadas tareas que cargamos las mujeres como “naturales” por ser mujer” pero que ahora fueron puestas en el centro de los debates del gobierno de Alberto Fernández y, para ello, fueron medidas en horas de trabajo remuneradas.
Según el INFORME DE LA DIRECCIÓN DE GÉNERO del MINISTERIO DE ECONOMÍA : “el Trabajo Doméstico y de Cuidados No Remunerado (TDCNR) representa un 15,9% del PIB y es el sector de mayor aporte en toda la economía, seguido por la industria (13,2%) y el comercio (13%)” y se agravó durante la pandemia en 6 puntos arriba ya que las tareas de cuidado aumentaron. Esto quiere decir que para que todo el sistema funcione, para que los hombres puedan producir afuera del hogar, hay alguien que sostiene los cuidados de la vida sin retribución alguna y ésas somos las mujeres. Esto se enlaza con el valor del tiempo, de la vida misma, con el valor invertido del dinero que luego repercute en todo porque cuando la pareja se separa, por ejemplo, la mujer no está en las mismas condiciones socioeconómicas para sostener sola el grupo familiar que, en la mayoría de los casos, queda bajo el cuidado de ella. Es por esto que al llegar a la edad jubilatoria, sólo 1 de cada 10 mujeres logra los 30 años de aportes en confrontación directa con 9 de cada 10 hombres. Todo es desigualdad estructural y desvalorización de esas tareas llamadas “reproductivas”.
“Siempre la última prioridad para los varones es la crianza y, en realidad, somos nosotras, porque lxs pibxs se quedan con las madres. Nosotras venimos trabajando, desde la Subsecretaría, junto a Sabrina Cartabia, el tema de la cuota alimentaria y descubrimos que los varones son evasores de la responsabilidad, de todas las clases sociales, los que no llegan a fin de mes y los que tienen plata también” - remarcó la subsecretaria.
La cuota alimentaria: un problema político cultural.
Así como, gracias a pensadoras feministas y al movimiento organizado más importante de este siglo; superamos el concepto de “crimen pasional” por el de “femicidio”, del mismo modo debemos superar la idea de “conflicto conyugal” por el de “violencia económica contra las mujeres”. El No Pago de Alimentos (NPA) es una conducta normalizada y extendida en nuestro país, de dimensiones abrumadoras, sostenida generaciones tras generaciones y sin respuestas por parte del sistema judicial patriarcal, a pesar de que las leyes existen y sancionan el incumplimiento alimentario.
Vivimos en un país lleno de operadores judiciales machistas y una sociedad que naturaliza el despojo intencional del dinero por parte de los varones que ya no conviven en el grupo familiar. El tema suele tratarse como “conflicto de partes” como si la desigualdad estructural no existiera, siempre en contra de las mujeres, y como si lxs hijxs fueran objetos o animalitos que, luego de la separación mater-pater, podrían abastecerse del aire y la naturaleza. Lo cierto es que si en la totalidad de los juzgados, los reclamos por cuotas de alimentos son de mujeres hacia varones, eso habla de una cuestión de género. Y lo otro cierto es que si una madre debe judicializar el tema, eso quiere decir que ya algo está mal, porque la responsabilidad sobre el cuidado y vida de lxs hijxs es para toda la vida y no se abandona. Pero la realidad es desoladora para las mujeres, así lo expresó Sabrina Cartabia, abogada e integrante del equipo del Ministerio de las Mujeres de Pcia. de Buenos Aires.
Durante el año 2020 y este 2021 algunas mujeres organizadas desde distintos colectivos, como el de Familias Monomarentales por ejemplo, impulsaron y promovieron incansablemente la inclusión de esta problemática enorme, del incumplimiento alimentario, en las agendas mediática y política. Periodistas de alcance nacional colaboraron para visibilizar y mujeres del ámbito político comenzaron a trabajar en investigación y proyectos con perspectiva de género para avanzar en soluciones concretas.
Una de estas últimas es Sabrina Cartabia, abogada feminista, defensora de DDHH e integrante del Ministerio presente en la charla, a quien pudimos entrevistar en forma exclusiva para delinear con mayor profundidad el tema. (*entrevista audiovisual que publicaremos en breve)
Los fugadores
Durante el encuentro, Sabrina mencionó la contradicción social que subsiste entre el costo de ser madre y el castigo social por no serlo. “La sociedad castiga la no maternidad. Nos ponen en un lugar donde siempre estás en falta. Si decidís no ser madre, no sos completa. Si decidís llevar adelante una maternidad, no podés hacer otra cosa, pero te dejan sola. ¡OJO! Porque tenemos el poder de parar la humanidad si decidimos no tener más hijxs!” – retrucó desafiante y encontró la respuesta en las mujeres presentes que comenzaron a relatar, con distintos ejemplos, cómo se sienten siempre criticadas pero sobre todo solas en la crianza y tareas domésticas, labor que los hombres no quieren hacer y evaden continuamente. Este fenómeno cultural no es exclusivo de los padres no convivientes, también sucede dentro de las familias “unidas”. Lo mismo con el tema del manejo del dinero. La plata. Ese símbolo de poder que parece cegarlos y ser exclusivo de ellos.
En este punto, el intercambio en la charla aumentó de temperatura siendo un tema “en común” para las mujeres, como en la mayoría de los encuentros. La subsecretaria de Políticas de género recordó los 45 mil millones de dólares que se fugaron durante el último año del gobierno de Mauricio Macri y el detalle no menor es que de la lista de “fugadores” el 92 % son hombres. Similar a lo que sucede en cada territorio, en los distintos niveles de clases sociales. “Donde vamos, vemos cómo los varones zafan al separarse y las mujeres se quedan ´tironeando con los pibes a cuestas´, pero la plata la tienen ellos”- dijo Lucía.
Te dejan sola criando
La hipocresía social y cultural respecto a los trabajos de cuidado y maternidad también se puso de manifiesto en cuanto a la ausencia comunitaria. “Te dejan absolutamente sola para cuidar a los pibes y es un trabajo de 24 horas. No hay otro trabajo en el mundo que sea 24/7 y que encima cuando te vas un rato tampoco te lo sacás de encima porque estás pendiente. Cuando trabajás en una fábrica con una máquina peligrosa, por ejemplo, salís de tu trabajo, te vas y la máquina deja de ser tu problema. En cambio, si sos mamá y dejás a tu hijx con alguien, si le pasa algo sos vos la responsable, encima la sociedad te juzga.”- introdujo Portos.
“La típica pregunta de ´dónde estaba la madre?´- interrumpió una participante en la charla.
“Exacto y por eso el patriarcado es una máquina cultural porque esa pregunta tiene su correlato en el sistema judicial donde hay madres presas porque dejaron sus hijes al cuidado de personas que les hicieron daño y están presas ellas, por ejemplo. El cuidado es intransferible. Yo siempre les digo a mis compañeras y se ríen que “sostener a un pibe vivo 24/7 es un montón de estrés. ¡Están todo el tiempo en peligro! – Remató la funcionaria en tono irónico y la risa se adueñó del momento.
El humor salva cuando la verdad duele y pesa demasiado. Madres que crían y cuidan solas de demasiadas vidas es algo que nos acostumbramos a ver como sociedad y que se ha naturalizado, pero no es chiste, es agotador, frustrante y la labor más difícil porque empeña todo, lo físico, mental, espiritual, los recursos materiales, intelectuales, emocionales, simbólicos y tiene consecuencias en la vida de cada integrante de esa familia monomarental. Cubrir la vida de lxs hijxs no es solo dales de comer, sino ir a la escuela, hacer actividades, socializar, darles tranquilidad y tiempo de ocio, entre tantas cosas.
“Y ver una mamá disfrutar, no verla siempre agotada. “- agregó esta periodista.
El deseo y el goce, como derechos para vivir una vida digna
“¡Nos falta tanto para llegar a esa perspectiva del goce!”, interpeló Lucía Portos mencionando la importancia de la ley 27.610 (Interrupción Voluntaria del embarazo) que nombra la palabra “deseo”.
“En el deseo se constituye una realidad, ese deseo es un derecho, no un capricho. Las mujeres no tomamos decisiones por capricho, siempre evaluamos qué conviene para nuestrxs hijxs, qué le conviene a la familia, qué nos conviene a nosotras, hacemos toda la evaluación y ahí tomamos las decisiones.” Detalló.
“Queremos un país donde todas, todos y todes seamos felices, y tengamos los mismos derechos, peleamos por un país con lógica comunitaria. Si me dieras a elegir hoy una política pública yo haría “reconocimiento económico a los trabajos de cuidado”, porque eso dinamizaría la economía, movería la plata, pondría el tiempo libre en otro valor, pondría el cuidado en la dinámica del trabajo, tendría efectos sociales beneficiosos, también en términos de co-responsabilidad paterna, porque si hay plata les aseguro que los varones lo harían!”- sentenció la ex Diputada, con la afirmación contundente de todas las participantes.
La plata en las tareas de cuidado
¿Dónde está la plata? ¡La tienen los varones!
¿Cómo hacemos para redistribuirla?
Pongamos plata en los trabajos de cuidado.
Esa es la prioridad.
Si pagáramos por los trabajos de cuidado, si hay plata, ¡seguro que los hombres aparecen! (Lucía Portos)
Estas expresiones y preguntas, que protagonizaron la charla, no son conceptualizaciones vacías, tienen correlato con la realidad de la mayoría de las mujeres de Argentina y un ejemplo claro se ve en Anses con el tema de las jubilaciones anticipadas.
“De los 30 años de aportes en el sistema previsional, el 80 % son hombres. Te das cuenta que el que produce es el hombre para el sistema capitalista porque no se queda cuidando, entonces logra jubilarse pero las que nos embarazamos, parimos y nos quedamos cuidando, no logramos jubilarnos”- agregó Caro Maidana, del Frente de Todos.
El mito del amor romántico, brillantina de opresión.
“Por eso, el mito del amor romántico es el barniz cultural que necesitamos para fumarnos la opresión en la que vivimos. La romantización de la pareja y la maternidad. Ese mito es brillantina que esconde opresión, no tiene valor económico, la maternidad no se puede pagar, es tan invaluable que entonces no se paga.”- Otra vez arremetió con todo Lucía.
La gran cita para ese momento de la charla fue Simone de Beauvoir. La escritora francesa que desafió las normas del siglo XX con el texto fundante del feminismo de la segunda ola, titulado: “El segundo sexo”, donde expone, entre otras cosas, sobre la dependencia económica de las mujeres: “El matrimonio es una institución burguesa repugnante, similar a la prostitución, en la que la mujer depende económicamente de su marido y no tiene posibilidad de independizarse". Otra de las rotundas frases de la escritora rebelde en su ensayo existencialista y emancipador fue: “el opresor no sería tan fuerte si no tuviese cómplices entre los propios oprimidos”. Se comprende hoy que para derribar esas estructuras machistas, naturalizadas por siglos, es necesario primero visualizarlas para luego encontrar los mecanismos que las desarmen porque el éxito de su reproducción lo deben a su cualidad de imperceptibles. Toda la estructura se mantiene invisible.
Así lo dijo Portos: “Se naturaliza la opresión, entonces nos dicen: `pero hay mujeres machistas que crían a hombres machistas´. Y ahí les decimos: `…y si, así como hay pobres Macristas también hay mujeres machistas, porque la opresión la reproducimos sin darnos cuenta y la deconstrucción es constante. Esta lógica nos exige siempre todo a nosotras, siempre se nos pide todo mucho, dar explicaciones, ser la mejor madre, la mejor mujer, etc.”-
En este punto, la funcionaria recordó que cuando se votó la Ley de Paridad en el Congreso, en el año 2016, ella era legisladora. Contó que hace pocos días, una estudiante le pidió ayuda para un trabajo de investigación sobre cómo fue el tratamiento mediático que se le dio al tema en ese momento, por parte del medio hegemónico “La Nación”. “Tuve que leer las editoriales y les confieso que eran piezas espectaculares!”- remarcó con ironía, en referencia a la línea editorial del medio citado, que se manifestaba como juez en contra de la Paridad alegando que las mujeres nos auto - discriminamos y que lo importante es demostrar “idoneidad”, cuando a los varones nunca les pidieron idoneidad. Es un ejemplo rotundo que puede trasladarse a la vida familiar o cualquier ámbito institucional, hasta la justicia, donde las mujeres siempre tenemos que dar explicaciones por todo o demostrar con creces lo que sabemos o pensamos.
Es lo que nos tocó...¡discutir!
- “Lo difícil que se nos hace participar en la política a las mujeres, te ponen en una lista pero sentís que lo hacen de relleno, porque cuando vas a querer discutir ideas…” – arengó Fer Aguilar.
- “Pero te lo cuestionan por ser mujer, como a mí cuando empecé con la candidatura me decían: ´¿cómo vas a hacer con las nenas?´- comenta Sol Besteiro y continúa: “¿Pero por qué tengo que responderte eso que a un hombre ni se lo preguntás!”.
- “Lo que le pasa a Mayra Mendoza, que la critican mediáticamente porque elige ser intendenta y estar menos con su hija. Lo mismo pasó con Cristina, violentada continuamente.”- rescató Caro Maidana citando a la intendenta actual de Quilmes y a la vice presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
El intercambio fue intenso como son siempre intensas las charlas feministas, donde cualquier mujer o persona disidente encuentra un espacio de valor, reconocimiento, adquisición de conocimientos, información, auto indagación o reafirmación. Cualquiera sea el proceso personal, todo es político. “Por eso hacemos esto, cada reunión, en los barrios, las discusiones con nuestros propios compañeros inclusive, es la que nos tocó…¡discutir!. Discutimos todo y fundamentalmente el reparto de las tareas y del poder.”- Concluyó la funcionaria.