El fin de semana pasado se realizó el 34 º Encuentro Nacional de Mujeres en La Plata, con ejes más inclusivos y la convocatoria más importante de la historia.
“No nací mujer para morir por serlo”, “De histéricas a históricas”, “Tranquila hermana, esta es tu manada”, “Mujeres sin miedo”, “El patriarcado se va a caer”, “América latina será toda feminista”, “Vivas, libres y luchando”, “Mi cuerpo, mi territorio”, “ESI en las escuelas”, “Aborto legal en el hospital”, “Basta de travesticidios y crímenes de odio”, “Niñas de Guatemala y Ecuador, ¡presentes ahora y siempre!”. Resumir, en un solo artículo, el 34 º Encuentro Nacional de Mujeres que tuvo lugar en La Plata el pasado fin de semana, resulta un desafío. La ciudad fue nido de brujas, sus paredes gritaban feminismo, la manada aullaba y danzaba en cantos de liberación, los tambores marcaban el pulso, la sangre de generaciones enteras latía sin fronteras. Un abrazo profundo y colectivo, apabullante, el alma a flor de piel, la sonrisa cómplice en los labios, las miradas sin prejuicios, los cuerpos vibrantes de alegría por estar ahí y el inapelable sentido de juntarse, agruparse, contenerse y avanzar. Una verdadera revolución.
La más convocante
La historia dice que este encuentro fue el más masivo, diverso, plural, e inclusivo. Los números de la convocatoria van desde 200.000 hasta 600.000 participantes. “Les damos la bienvenida a La Plata, a esta 34 edición del Encuentro Nacional de Mujeres, el evento político más grande de nuestro movimiento en la expresión de sus luchas, en su carácter anual, federal, plural, democrático, autónomo, horizontal, autosostenido, autoconvocado, plurinacional, feminista, popular, diverso. Nos damos la bienvenida al evento masivo e histórico más importante de nuestro país”, recitaba el comunicado oficial de la apertura, programada para el sábado a primera hora en el Estadio Único, pero que debió ser suspendida por la lluvia y el frío. Para el domingo y el lunes el clima acompañó y el resonar de “qué momento, qué momento, a pesar de todo, les hicimos el encuentro”, fue constante durante todo el fin de semana feminista platense.
Las actividades
Se organizaron más de 100 talleres en diferentes aulas de universidades y centros culturales, charlas en diversas plazas, con la Plaza San Martín como punto candente donde no cesaban las asambleas multitudinarias y la conducción colaborativa. Un taller destacable fue sobre ESI y niñez, auto-coordinado por menores de 14 años en un ejemplo claro de aprendizaje colaborativo y participativo. Además, hubo más de 80 actividades culturales de todas las artes (cine, literatura, muestras de ilustradoras, fotografía, bandas de música feminista, etc.), Mesa Latinoamericana de las feministas de Abya Yala, festival por el aborto legal, seguro y gratuito de la campaña nacional, y la gran feria pluridisidente, con más de 3000 artesanas de todo el país en una peatonal feminista que colmó avenida 7, desde calle 50 hasta avenida 66, incluyendo las plazas San Martín, Rocha y España. Varias cuadras, doble mano, llena de productos con mensajes. Una app gratuita brindaba información de todo tipo, incluso de auto-cuidado.
Más inclusiva
El nombre del evento fue motivo de debate hacia adentro de la organización, ya que desde hace algunas ediciones se propone darle mayor visibilidad a mujeres indígenas, feministas del AbyaYala, así como también a la gran comunidad de disidencias sexuales. “Ahora es plurinacional, más inclusivo, porque participaron 36 representantes de distintos pueblos de Latinoamérica, pueblos aborígenes que existían antes de ser Estados nación, quieren compartir las luchas que llevan en sus territorios y fue increíble escucharlas y abrazarlas. También es muy grande el movimiento de disidencias sexuales y ya no pueden invisibilizarnos. Somos plurinacional”, resumió Paula Bonomi, integrante de la Comisión Organizadora del 34º Encuentro Plurinacional de Mujeres, lesbianas, trans, travestis y no binaries. Un encuentro que integra cada vez más y fortalece, año tras año, una identidad feminista, plural, horizontal, democrática, antiracista, antipatriarcal y anticolonialista, como ejes claros sin debate.
La gran marcha
Entre las cifras de la convocatoria, todas las versiones coinciden en los tres kilómetros de marcha plena e indiscutible que colmó las calles y diagonales de la capital bonaerense. Fue el sábado a la tarde. A partir de las 18 horas comenzaron a alinearse las diferentes columnas sobre 1 y 60, a pocas cuadras de la zona donde se vio por última vez con vida a Johana Ramallo. La marcha duró horas, con destino al Estadio Único, donde fue la Peña de cierre de jornada. A ritmo lento por la masividad, marcharon las Comisiones Organizadoras del 34º ENM y Plurinacional de disidencias sexuales, agrupaciones sindicales de todos los sectores (Suteba, Mujeres ferroviarias, bancarias, etc.), partidos políticos, mujeres de pueblos originarios, campaña Ni una menos, campaña por el Aborto legal, seguro y gratuito, Socorristas de todo el país, organizaciones no gubernamentales con representantes de cada provincia, la bandera más larga de Tejiendo Feminismos con los nombres de víctimas, comisiones de diversidad sexual y género, agrupaciones de estudiantes de 600 secundarias y multitud de mujeres en forma espontánea. Las abuelas del brazo de sus nietas, las hijas y las madres, las amigas, las hermanas, las “compas”, como les gusta llamarse. Todes. Un niño asomado a un balcón, en una cuadra, otra niña en otro balcón y miles de mujeres y hombres mirando desde los edificios, fueron testigos de esos abrazos, aullidos y cantos que volaban por el aire hasta emocionarlos también. El glitter en los rostros, el color verde y el violeta como protagonistas, los tambores, los pañuelos, los carteles, las pelucas, los colores de la diversidad, las brujas, las travas, las monjas, todo hablaba de lucha, amor y convicciones.
El cierre
El lunes fue el evento de cierre con el tradicional “aplausómetro”, donde se vota la próxima sede. El 2020 será en San Luis, “una de las tierras de Virginia Bolten, de la primera huelga de trabajadoras, tierra de comechingones, huarpes y ranqueles. La sangre comechingón está en el pueblo puntano y hacia allí iremos a honrar a nuestras ancestras”, resume el comunicado oficial de la Campaña Plurinacional.
La reflexión
Mientras medio millón de mujeres y disidentes sexuales se movilizaba en forma organizada por la capital bonaerense, las cámaras de televisión de los medios de comunicación hegemónicos brillaban por su ausencia. Estaban preparando la televisación del debate presidencial de seis hombres, con preguntas armadas y minutos contados. La construcción del sentido social está en lucha. Si no lo dicen los medios hegemónicos, lo decimos nosotras, por medios sociales, por redes comunitarias y sociales. El movimiento social feminista no puede ser menospreciado o utilizado para discursos político-partidarios oportunistas. El desarrollo social sostenible y la equidad de género no son materias de agenda para el neoliberalismo y el capitalismo, sí para el feminismo. El poder está en el pueblo.