Referente y pionera en la lucha por los derechos de travestis y transexuales. Respetada y muy querida, de ojos suaves y mirada profunda, hoy la recordamos en el mes del orgullo y en el día de su nacimiento.
Nació en Pocitos, Salta, un 15 de junio de 1965. A los 13 años su padre la echó de la casa porque Lohana comenzaba a mostrar el deseo de ser aquella persona que elegía su identidad, no aquella que muestra la genitalidad sino la que sentimos en todo nuestro ser. Ese sentimiento lo venia construyendo en una provincia conservadora con una madre silenciosa, un padre autoritario y el desprecio de su familia. No tuvo otra opción que irse de su pueblo. Ella lo describió como una cuestión liberadora: “siento que fue la decisión más bella de mi vida y como la primera decisión de crecer de golpe, de madurar y decir `bueno, esta es mi vida, esta es mi decisión”.
Supo romper todos los prejuicios y sacar de ese lugar de víctima a las personas Travesti Trans en una sociedad machista y patriarcal.
“Orgullosa de ser Travesti, la genitalidad no determina tu identidad” - nos decía Lohana en entrevistas.
Cuando llegó a Buenos Aires, con tan poca edad pero con mucha historia marcada, se encontró con otras compañeras Travestis. El único destino, al cual la sociedad y el mundo entero las enviaba, era la prostitución sin otra alternativa. Sus vidas se desvanecían entre violencias y maltratos, entre abrazos y resistencias. Un sistema que las oprimía, las señalaba y las mantenía en la total ignorancia.
La saturación de la televisión en aquella época imprimía en el travestismo la ridiculización, lo grotesco y lo vulgar. Con una Justicia de mirada sesgada, binaria y heteronormada, con sus fundamentos enmarcados en una supuesta moralidad, ética y opiniones personales que solo criminalizaba en vez de garantizar el pleno derecho de las personas.
Lohana decía que “ni siquiera nos reconocíamos como víctimas. Éramos victimarias, porque éramos vistas como exhibicionistas, escandalosas, negras e infectadas”.
Sin protección, sin salud, sin educación, sin derechos, a los golpes, escondiéndose de la violencia policial y del abuso de los que las “consumían”. Esa sociedad que, además de machista y patriarcal, se prendía fuego de tanta hipocresía que destilaba.
Muchas de las compañeras que vinieron después de Loahana, fallecieron muy jóvenes, la muerte paradógicamente era algo tan vivido en sus cuerpos, en su presente, un relato existido de ellas.
En condiciones de desigualdad, con tanto dolor y desprecio de las familias, la negación en la escolaridad, la expulsión y la exclusión que les ofrecía el Estado; las palabras destructivas de la sociedad marcaron el sendero de lucha, el abrazo al activismo y militancia del amor que Lohana supo liderar. Caminando por los derechos que gritaba el feminismo y por las garantías para la igualdad de todas las personas Travestis Trans.
En 1994 fundó ALITT (Asociación de Lucha por la Identidad Travesti y Transexual) para que el Estado y la sociedad reconozcan al travestismo como una identidad propia, eliminen la discriminación, las prácticas marginatorias y estigmatizantes que lo vinculan con la violencia y la prostitución como única alternativa de vida.
En 2002 se anotó en la Escuela Normal Nº 3 para terminar sus estudios secundarios y como no la dejaron anotarse con su nombre de mujer radicó una denuncia en la Defensoría del Pueblo y logró que respetaran su identidad percibida. Esta acción revolucionaria la llevo a ser impulsora de la Ley 3062 de Respeto a la Identidad adoptada por Travestis y Transexuales, aprobada en la Legislatura porteña en el año 2009.
Trabajó en el Consejo de la Magistratura de la ciudad de Buenos Aires. Fue la primera travesti que obtuvo un trabajo en el estado.
En 2008, fue la Presidenta de la Escuela Cooperativa Textil “Nadia Echazú”, la primera escuela para Travestis y Trans, en homenaje a su compañera de militancia por la igualdad de derechos. Un emprendimiento laboral gestionado y administrado por personas travestis con el objetivo fundamental de darles herramientas y capacitaciones para que tengan una salida laboral.
“Construir la autoestima, el sentirnos orgullosas, un proyecto que defiende nuestras vidas”- así lo manifestaban sus compañeras de la cooperativa.
“La herramienta más poderosa que puede tener una persona es el conocimiento” - afirmaba Lohana.
En 2010, conformó el Frente Nacional por la Ley de Identidad de Género, donde se trabajó el Proyecto de Ley que finalmente fue presentado como un proyecto unificado, consensuado entre las diferentes organizaciones sociales y que, más tarde, se convertiría en algo mucho más poderoso.
El 9 de mayo de 2012 en la Cámara de Senadores, con 55 votos a favor, se logró el reconocimiento de tantos años de lucha: La ley de Identidad de Género que hoy disfrutamos todes.
“…Que se cuiden los que creen que nos van a humillar, porque no somos las travestis de antes. Porque hoy sabemos que somos sujetas de derecho. ¡Igualdad, igualdad, igualdad, igualdad!” - proclamaba nuestra querida Lohana.
Pilar fundamental en la lucha por la igualdad y la inclusión, también fue coordinadora de investigaciones cuantitativas y cualitativas sobre las condiciones de vida de la comunidad travesti en el país. Fue responsable de la Oficina de Justicia, Identidad de Género y Orientación Sexual dentro del Observatorio de Género en la Justicia de la Ciudad de Buenos Aires.
Durante el 2015 en un encuentro sobre derechos humanos Lohana expresaba:
"Tenemos inscripta en nuestros cuerpos la represión de las dictaduras y la indiferencia de los gobiernos democráticos con políticas de bajo impacto que siguieron socavando nuestra autoestima”.
Sin embargo supo ver con claridad e interpelar desde el amor, ayudó y se comprometió para que las infancias trans tengan derechos iguales a otres niñes.
La muerte de Berkins, tras varios días de internación, despertó muchísimas muestras de dolor por parte de referentes de diferentes sectores de la política, de la militancia y activismo por los derechos LGTB; rodeada de amor, afecto y palabras de agradecimiento que fueron infinitas y lo siguen siendo hoy en su memoria.
Escribió una carta de despedida a sus compañeras … y a todo el pueblo:
"Queridas compañeras, mi estado de salud es muy crítico y no me permite reunirme personalmente con ustedes. Por eso quiero agradecerles sus muestras de cariño y transmitirles unas palabras por medio de la compañera Marlene Wayar, a quien lego esta posta. Muchos son los triunfos que obtuvimos en estos años, ahora es tiempo de resistir, de luchar por su continuidad. El tiempo de la revolución es ahora, porque a la cárcel no volvemos nunca más. Estoy convencida de que el motor de cambio es el amor. El amor que nos negaron es nuestro impulso para cambiar el mundo. Todos los golpes y el desprecio que sufrí no se comparan con el amor infinito que me rodea en estos momentos. Furia Travesti Siempre. Un abrazo".
Reconocer y avanzar.
Gracias eternas, compañera, por tu lucha, por tu entrega, por no doblegarte y por mostrarnos que la Diversidad es tan linda y bella.