El 13 de enero de 2013 una noticia produjo un sinnúmero de conjeturas: según el informe de la policía de Madariaga, un joven de 29 años llamado Damián Sepúlveda, se había suicidado ahorcándose con su propia remera en las rejas del calabozo. Tras una primera autopsia totalmente dudosa, llegó la lucha de la familia y las organizaciones sociales lográndose una segunda que reveló que Damián había sufrido torturas y se le había practicado lo que se conoce como la anestesia previa de Broaurdel, esto es, el izamiento del cuerpo en estado de inconsciencia, práctica lamentablemente muy común en cárceles y comisarías, para simular que los asesinados fueron suicidas.
A nueve años Damián continúa sin justicia y sus asesinos libres por las calles y ejerciendo su rol de policías.
Luego de una breve ceremonia a la hora del crimen, entrevistamos a Jorge Sepúlveda, padre de Damián.
─¿Cómo está la causa hoy, Jorge?
─ La causa está trabada en Dolores, no hay avances y ponen como excusa la pandemia, pero a Damián lo mataron hace nueve años y no puede ser que esté parada.
─ ¿Los policías implicados continúan libres?
─ De los más implicados, que son seis, uno está preso pero no por haber torturado y asesinado a Damián, sino por haber abusado de una nena que era su hija o hijastra.
─ ¿Ese implicado es el más comprometido con el crimen?
─ Aparentemente es uno de los que llevo adelante la tortura y el ahorcamiento, para después mentir que Damián se había suicidado con su remera.
─ ¿Va a hacer pasada la feria otra petición para el avance de la causa?
─ Sí, voy a pedir otra audiencia con el Dr. Calderón, que se ha portado muy bien conmigo, pero esto está tardando demasiado y yo quiero que se haga justicia por Damián.
Seguimos charlando, su esposa espera en el auto, me dice que viven momentos muy duros, que el duelo no termina nunca estando los asesinos libres. Le cuento que en las escuelas secundarias de Madariaga se lo recuerda a Damián y que su memoria del presente se asocia siempre con la de la dictadura, porque las prácticas represivas continúan en la formación policial ancladas en el manto de impunidad por aquella etapa histórica. Jorge Sepúlveda, un padre que sonríe en medio de la adversidad para mantenerse entero durante la lucha por justicia para su hijo.