Villa Gesell nos tuvo días atrás en vilo dada la aparición de un puma en las calles céntricas, hecho aislado alrededor del cual se tejieron decenas de conjeturas y los más creativos memes. Pero la fiera de la palabra que llegó a las calles de la juvenil ciudad costera fundada por Carlos Idaho Gesell lleva ya tres décadas añejando su paso como escritora que se anima a todo: al cuento, la novela, la poesía, a no pasar desapercibida cuando sonríe y sus ojos claros se llenan de chispas. La conocí en 2017 en unas jornadas de artistas y emprendedoras cuando se venía gestando la última estocada por el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos. Andrea leyó, rodeada de decenas de compañeras, el fragmento de una de sus novelas y ahí no volaba una mosca. En aquel texto la representación crítica, aunque irónica y humorística, de la carga mental que trasladamos las mujeres, incluso cuando nos vamos de vacaciones con amigas, era tan desopilante que de la risa a carcajadas nos dolía a todas la barriga. Pero…basta de cháchara, que nuestra autora se quiere presentar:
Vivo en la ciudad de Villa Gesell desde el año 1993. Nos quedamos con mi pareja y nuestros dos hijos que eran muy pequeños; el tercero nació en esta ciudad. En esa época yo hacía comida y pastas caseras que vendía en forma personal.
Los libros me han acompañado desde siempre y acá, hay mucho tiempo durante los inviernos. Desde chica soy una lectora voraz y llegó un momento en que sentí la necesidad de escribir. Al principio, sensaciones, estados emocionales y poesía.
Después quise desarrollar un poco más los textos y comencé con relatos que se iban transformando en cuentos. Me anoté en un taller literario, eso me daba constancia y fluidez. Estuve varios años juntando material y me animé a editar mi primer libro de cuentos en el 2014. A partir de ese momento me dediqué de lleno a la escritura y junto con ella, afloraron mis novelas.
Todo es autogestionado, por eso me gusta definirme como una escritora independiente.
Y como es la puma seductora de la palabra, aquí nos obsequia un poema sobre este signo tan poderoso en nuestro andar como seres simbólicos.
LA PALABRA
La libertad de la palabra consiste
en poner al pensamiento en acción y deslizarse.
A veces suave, a veces furiosa
a veces tiene miedo de escaparse y
a veces se escapa sin tener nada que decir.
Su objetivo es expresarse y en su camino
siempre tiene un propósito o varios.
Expulsar, convencer, dominar, mentir
disimular, adular, provocar, exagerar, transmitir.
Se dice más de lo que se piensa
se piensa más de lo que se siente
se habla más de lo que se escucha.
Su honor radica en la influencia
que ella provoca al salir al exterior
y en su camino ver la traducción que los demás hacen de ella.
Sus redes:
- Facebook: AndreaBerniniautora
- Instagram: @escritoraindependiente