En la semana mundial de la Lactancia Materna el equipo de profesionales del sistema de salud pública local propone charlas gratuitas bajo el slogan `Impulsemos la lactancia materna, apoyando y educando´. Todos los martes en la Sala de Ostende se derriban mitos y se construye red de apoyo para el embarazo, el parto, post parto y el puerperio.
El espacio Maternar Pinamar existe hace varios años dentro del servicio de salud pública del Hospital comunitario de Pinamar pero en sus inicios estaba compuesto sólo por parteras y era un curso de preparto. Luego se reorganizó el servicio y quedó a cargo de la partera Brenda East Goenaga con talleres de preparación para el parto, post parto y la lactancia materna. Alrededor de 6 años atrás, se incorpora Laura García al equipo, quien ya trabajaba como estimuladora temprana en la salita de Ostende y podía incorporar sus conocimientos de Puericultora. El equipo terminó de conformarse este año 2022 con el ingreso de Jorgelina Fabiani, que es Psicóloga clínica con especialidad en Psicología Perinatal, y Carolina Ficosecco, nutricionista materno infantil.
Los encuentros son todos los martes a las 13:30 horas en la Sala de Ostende y en cada charla abordan temas diferentes de acuerdo a cada especialidad pero en manera integral para quien está transitando una de las etapas bisagra en la vida, gestar. Algunos de los temas son: pautas de alarma en el embarazo y trabajo de parto, parto vaginal y por cesárea, cuidados post partos y recepción del recién nacido. Lactancia y crianza. Aspectos emocionales del embarazo y el puerperio, alimentación saludable en el embarazo y alimentación complementaria para lxs bebés.
“Maternar Pinamar es un espacio de abrigo para esta etapa tan vulnerable en la vida de una persona gestante y de quienes la acompañan. Apoyamos el recorrido y las diferentes emociones que van atravesando y ofrecemos un intercambio de saberes para aprender como leer el cuerpo, como leer las necesidades básicas del recién nacido.”- resume Laura García.
Los Mitos
Están muy instalados y algunos juegan en contra. Son esas creencias que (mal) aprendimos por transferencia generacional y que repetimos pero, cuando llega la propia experiencia, nos damos cuenta que no nos sirven o que para sentirnos bien tenemos que hacer lo contrario a veces.
“Los mitos pueden hacer estragos en una madre o una familia que transita esta etapa de vulnerabilidad, en su proceso de aprendizaje y deconstrucción. Sabemos que los familiares siempre quieren donar información desde el amor pero el hecho de carecer de un saber específico puede generar más confusión y angustia en los participantes activos de esta experiencia.”- agrega la profesional y pone de ejemplos algunas frases que a veces se repiten sin medir las consecuencias del impacto en una persona primeriza en la experiencia:
- Tus pechos son chiquitos por eso no se llena
- Ninguna mujer pudo dar la teta en la familia
- Después del año de vida ya es un capricho darle la teta y esa agua ya no lo nutre
“Por lo general los mitos entran y hacen huella frente a la falta de saber y una cosa muy importante a destacar es entender que en el proceso se aprende, hay técnicas, hay ciclos y hay síntomas que nos hablan e invitan a actuar. Son señales para leer al niño y a la madre y si ésta carece de las herramientas, deja lugar a que toda creencia pueda ser cierta.” – Explica Laura García quien, además de ejercer su profesión, es mamá de Nina y como en el resto del equipo la propia experiencia suma.
Las demás profesionales del equipo, Carolina y Jorgelina, también son mamás, de Ame y Mateo respectivamente, asimismo Brenda que es mamá de Juana y Simón. En sus charlas se nota la experticia del saber formal pero también la otra, la que se adquiere viviendo la experiencia en carne propia y a través de cuidar y brindar atención a otrxs. La escucha constante y abierta, las circunstancias disímiles de cada historia de vida, el contexto familiar presente o la falta del mismo, cada caso tiene particularidades únicas que hacen vivir diferente la experiencia. Durante una de las charlas surge la culpa que genera en las mujeres el decir que estamos agobiadas por la maternidad, que nos sentimos exhaustas porque nos dejan solas con toda la carga o incluso que no pensábamos ser madres. Hay mujeres que eligieron y otras que no. El acompañamiento de la pareja o padre es una pieza fundamental que lo cambia todo, si está presente o no. Hay casos de mujeres que deciden seguir adelante con el embarazo aunque los varones se borren, pero sin duda la experiencia emocional no es la misma en un caso o en el otro. Hay casos de familias que acompañan todo el proceso con amorosidad y respeto, y otras donde no hay familia ni redes de apoyo. En todos los casos, ahí está presente el equipo de Maternar para escuchar, acompañar, contener, brindar conocimientos y ayuda.
Consejos para la lactancia
Las profesionales prefieren hablar de “información” en cuanto “técnicas” para transitar sin culpa el proceso. Hablar de “lactancia exitosa” no resulta amigable y son términos que se han instalado erróneamente. Desde Maternar prefieren remarcar que, para este proceso de aprendizaje que es la lactancia, se necesita el deseo de hacerlo, la información adecuada y el acompañamiento, una red de apoyo, como ejes.
“Hay que entender que la lactancia materna, como todo proceso, es una elección, es una decisión a llevar adelante en donde hay mucha entrega. Podemos interpretarlo como un proceso natural biológico pero está atravesado por una historia de vida y, en ocasiones, presenta muchos desafíos, por ejemplo en los casos en los que la mamá desea amamantar pero no logra, la técnica no funciona o hay algo que no permite que se instale la lactancia, ahí es útil pedir ayuda. Pero si aun así no se logra, ser conscientes que se intentó y no sentir culpa”- explica la Puericultora.
Por su parte la psicóloga perinatal, Jorgelina Fabiani, desarrolla que: “La lactancia materna tiene muchos beneficios para la madre y para el bebé, siempre y cuando la decisión de la madre esté libre de presiones, prejuicios y estigmas que la hagan sentir culpable por no poder o no querer optar por la lactancia materna exclusiva. Existe la idea de que la lactancia materna es algo natural y fácil, pero no siempre es así, muchas veces es un camino con dificultades. Por lo tanto, nuestra función también es ofrecer un espacio de acompañamiento y escucha. Amamantar es un proceso de aprendizaje y conocimiento que puede lograrse si la mujer se siente segura, alojada, sostenida. Más allá de que se impulsa “la semana para fomentar la lactancia materna”, hay muchas formas de construir y fortalecer el vínculo madre-bebé y hay que desterrar la creencia de que el tipo de alimentación que le das a un bebé, define el tipo de madre que sos. La mejor madre siempre hace lo mejor que puede para su bebé.”
En el pizarrón de una de las charlas en la salita de Ostende cuelgan gotas. Parecen lágrimas, podrían serlo también y el parangón resulta simbólico cuando se lee lo que contienen. Son gotas de leche que las profesionales repartieron a las presentes y les pidieron que escribieran, en pocas palabras, cómo fue la experiencia de lactar para cada una. Hay mitad y mitad. Las de arriba la describen como una experiencia maravillosa, las de abajo no tanto. Hay dolor, hay grietas, hay sufrimiento. Hay historias de vida diferentes pero en todas hay un factor clave que puede inclinar la balanza hacia una u otra experiencia: el contexto, el acompañamiento, el respeto y la comprensión, la presencia de otrxs que ayuden a transitar uno de las experiencias más importantes y, a la vez, desafiantes de la vida.
Desde Maternar Pinamar destacan que mamá y bebé pueden participar juntxs del espacio. El espacio también está abierto a quienes acompañan el proceso, a profesionales de otras áreas cuyos saberes intersectan y pueden complementarse (Ej: enfermerxs, docentes, personal municipal).
“Maternar es una responsabilidad de todos en comunidad, no exclusiva de las personas que gestan. Lxs invitamos a participar de este espacio que tenemos activo TODO EL AÑO”- cierran desde el equipo.
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