Un resumen del libro de Steven Forti nos ayuda a comprender mejor lo que estamos viviendo en Argentina. El secuestro semántico, el robo de las palabras y su valor, la distorsión del sentido y la tergiversación de la realidad. El “framing” de las noticias, las mentiras, las fakes news, los bulos de desinformación, trolls, bots y otras herramientas. Todas armas de destrucción masiva –cognitiva que las extremas derechas descubrieron y manejan desde hace años para ganar elecciones y llegar a parlamentos y presidencias. En esta nota profundizamos en las estrategias y objetivos de este parásito que se cuela con apetito voraz por las venas de la Argentina.
En la nota anterior vimos quiénes son la “Extrema Derecha internacional” fusionada con la Derecha clásica Argentina, el aparato ideológico mediático y digital del que se valen, con organización, para llevar adelante su plan de influencia y manipulación cognitiva. Conocimos primeras medidas y anuncios que hicieron apenas tomaron el gobierno, que dan evidencia de la ideología que los sostiene: liberación de precios que ajustan a las mayorías y enriquecen a las grandes empresas exportadoras, represión a las manifestaciones sociales para contener su plan de ajuste, el uso de la violencia bajo el velo del “orden”. Las fakes, las mentiras, la distorsión del sentido y tergiversación de la realidad, la apropiación de los valores y palabras que ya empieza a visualizarse con nombre y apellido: es “secuestro semántico”, un “parásito ideológico” que se cuela por las grietas de la Democracia para devorarla por dentro.
En Argentina le pusieron la corona al violento. Lo declararon monarca sin comprender que robará la libertad de quienes lo votaron también. ¿Cómo enfrentar un violento cuando las mujeres ya sabemos que lo primero es alejarse, pero en este caso sin escapatoria?
¿Cómo luchar contra este monstruo solapado, este parásito que entró con apetito voraz por las venas de una Argentina dolida y vulnerable?
Para comprender más lo que vivimos con el avance de la Extrema Derecha, como primer punto es imprescindible saber que no es un proceso exclusivo de Argentina sino que es un plan global con antecedentes .

En su libro “Extrema Derecha 2.0” Steven Forti (*1) recorre la historia desde el siglo pasado, las guerras mundiales que dieron nacimiento al Nacismo y Fascismo y sus consecuencias, hasta llegar a la actualidad, donde las “derechas alternativas” o “nuevas derechas” comparten algunas características de aquél pasado pero no todas, e incorporan nuevas modalidades para salir de los márgenes en los que estuvieron y reinventarse con un disfraz de “democráticas” para ser factibles de voto. Así lograron ganar algunas presidencias como la de Trump y Bolsonaro, o avanzar en algunos países hacia los parlamentos como en España, Francia o Italia.
Son una “ola autoritaria global que nos está, literalmente, sumergiendo” – asegura el escritor.
De Pandemias y Derechas
Las guerras destruyen y hastían a la población, las pandemias lo mismo. Tal es así que sirve el ejemplo de Forti respecto a la relación entre la primera guerra mundial (1914-1918), la “Gripe Española” (1918- 1920) y la cuna del fascismo en Italia (Mussolini) y luego del nacismo en Alemania (Hittler).
El investigador explica que la Primera Guerra Mundial dejó en Italia a 450.000 soldados con invalidez permanente: ciegos, mutilados, lisiados y trastornados, con estrés postraumático. El Estado no les compensó bien y mucha gente les dio la espalda. El pueblo estaba hastiado.
Luego vino la gripe “Española”, que fue global pero se la llamó así porque los diarios Españoles eran los únicos en informar libremente de ella, puesto que en todos los países implicados en la “Gran Guerra” regía la censura militar. Esa “gripe” mató a más de 40 millones de personas en todo el mundo entre 1918 y 1920, contagiando a casi un tercio de la humanidad.
En Italia, la gripe llevó a la tumba a unas 600.000 personas.
“Entre la gripe y la primera guerra mundial eliminaron, por tanto, a unos 1,8 millones de italianos. Esa fue la primera cuna del fascismo.”- resume Forti.
¿Y por qué sirve recapitular esto? Porque resulta evidente trasladarlo al contexto Argentino, luego de los 2 años de pandemia mundial que le tocó afrontar al gobierno de Alberto Fernández apenas asumió y el hartazgo que el Covid provocó en la población.
Pero hay otro factor indispensable para entender el proceso de entrada de la extrema derecha en Argentina: las horas de televisación (desde la pandemia) a disposición de un “personaje outsider” que atraía con sus discursos anti sistema, apelando a ese hartazgo de la población. Sumado a las marchas que encabezaba Bullrich junto a sectores ultra conservadores con teorías conspirativas contra la pandemia, las vacunas, etc. Todo fogoneado desde el aparato ideológico del grupo hemenónico y otrxs periodistas que “operan” sin escrúpulos para derribar al “enemigo”: el Kirchenrismo.
No suena difícil entender la conexión entre todos estos factores y otros. La derecha Argentina no logró más de un 25 % de votos pero lo disruptivo fue el 30 % que votó a Milei, contra la “casta política”, contra el “Estado” y la “Memoria”. La memoria no sólo de los últimos 100 años, sino además un votante sin memoria incluso de los últimos 10 años. Sumado a esto una embestida directa contra los avances en Derechos humanos y el Feminismo. La irracionalidad en su máxima expresión. Mujeres votando a un partido que niega sus propios derechos, docentes y alumnxs de escuelas o universidades públicas votando a quien les dice que la Educación pública no es un derecho, que va a privatizarla, y así los ejemplos pueden seguir. No hubo un entendimiento claro de lo que en realidad estaban votando, los márgenes se corrieron y esa “grieta”, que tanto vocifereaban algunos que había que superar en Argentina, finalmente se amplió, ahora es extrema.
El discurso de la extrema derecha populista: “el pueblo contra la casta”
Luego de las 2 guerras mundiales hubo 30 años (1945-1975) donde “la ultraderecha, más o menos fascista, estaba considerada como una `patología normal´ de la democracia occidental, es decir, un fenómeno pre moderno apoyado por una parte muy reducida de la población.” – resume Steven F. para explicar que ese pasado, aparentemente, no tenía permitido volver.
Pero, con la llegada del nuevo milenio, comienza a visualizarse un importante aumento de los consensos de las formaciones ultraderechistas y su des-marginación, es decir, la aceptación de los partidos tradicionales de derecha de verse como posibles socios de coalición con estas otras posturas más radicalizadas. Cabe entender también que son derechas “populistas” y toma para ello la definición de un politólogo holandés que define al populismo como “una ideología delgada, que considera que la sociedad está dividida básicamente en dos campos homogéneos y antagónicos, el “pueblo puro” frente a la “elite corrupta”…». Otro triunfo de la misma derecha ha sido implantar la creencia social de que el “populismo” es un defecto de las izquierdas progresistas usando el término en modo peyorativo, para denostar la lucha social, pero en realidad “populismo” está definido por la RAE como “tendencia política que pretende atraer a las clases populares”, por ende, no es exclusivo de los sectores de izquierda y como vemos, en este caso, hay populismos de Derecha y éste es el caso.
Steven Forti cita a Nadia Urbinati, politóloga italiana, que apunta que “el populismo establece una relación parasitaria con la democracia representativa” y también que el líder populista quiere «una identificación emotiva más que una demanda de responsabilidad.”Del mismo modo describe “el elemento del «estilo paranoico en la política» -la creencia populista de que el poder no reside en los líderes elegidos democráticamente, sino en ciertas fuerzas en la sombra”. Si lo trasladamos a la Argentina, vemos como van apareciendo cada una de estas características.
“El desplome de la confianza es la base social de la Era de la post- Verdad”
Llega entonces el nuevo milenio con Internet y la verdadera Revolución Digital Tecnológica, que no puede obviarse como factor central en todo este análisis de las transformaciones ideológicas. Estos también son procesos que se repiten en la historia y tienen su razón de ser: las revoluciones materiales traen aparejadas revoluciones ideológicas, como lo fue la Revolución industrial por ejemplo y luego la Francesa. La ampliación y socialización del conocimiento produce “movimientos” con claridad. Y la revolución que estamos viviendo con las TIC’s (Tecnologías de la información y la Comunicación) no tiene precedentes. Estamos recién conociendo sus “virtudes” y sus “problemas”.
Esta vez, dice Forti: “La nueva ultra derecha ha sabido leer mejor que las demás los cambios de la sociedad, aprovecharse de las debilidades y las grietas de las democracias liberales, y entender las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías. El desplome de la confianza es la base social de la Era de la post- Verdad. Es el triunfo de estos grupos, generosamente financiados, que llevaron a cuestionar la existencia de una verdad fiable, creando una batalla interminable, no sólo ideológica cultural, sino de “tus hechos” contra “los míos alternativos”.
Lo enfatiza el escritor: “La ultraderecha ha entendido, pues, que las fragilidades y las vulnerabilidades existentes pueden ser explotadas: deconstruyendo la realidad compartida y sembrando confusión se puede polarizar aún más la sociedad y sacar provecho a nivel electoral.” (p. 139)
En otro párrafo especifica: “Se trataría, en consecuencia, de «un fenómeno radicalmente nuevo respecto a las mentiras clásicas» ya que «la verdad alternativa se presenta como la crítica (en nombre de la libertad) hacia algún tipo de autoridad dotada de un valor veritativo y, en concreto, de la ciencia o de los expertos en general» Esto explica el ataque a la Educación, a la cultura, al periodismo (Feminista en primera línea), a la Academia, al Conicet y toda autoridad política (como se vió en la Campaña electoral) que los enfrente con argumentos sólidos basados en evidencias.
Es la victoria de las creencias por sobre las evidencias. Es lo contrario a la ciencia. Y en ese terreno, no hay ni límites para la mentira.
Esto sería la post-verdad, término tan escuchado y que el diccionario de Oxford la eligió palabra del año en 2016. Definida como las «circunstancias en que los hechos objetivos influyen menos en la formación de la opinión pública que las referencias a emociones y a creencias personales». Es claro que esas emociones o creencias “personales” pueden ser manipulables y ahí, entramos en las nuevas “armas de destrucción masiva”- como las define el autor.
Parasitismo ideológico: el secuestro semántico
¿Qué hace un parásito? En términos biologicistas, es un organismo que vive sobre otro organismo huésped o en su interior y se alimenta a expensas de él. Es un agente externo que se infiltra – digamos - en otro organismo y lo devora para vivir.
Entonces para entender a qué se refiere Forti con “parasitismo ideológico” vale este párrafo de su libro que se puede resumir en el término “secuestro semántico”:
“En todo el mundo, la derecha neoconservadora se ha adelantado al discurso crítico de la izquierda». Con las críticas a los bancos, la globalización y los medios, así como con la utilización de palabras como «pueblo» o «social», la ultraderecha ha llevado a cabo unos «secuestros semánticos» que han permitido un «bricolaje ideológico-político [...] en el cual cada uno pone lo que quiere hasta poder hacer dialogar a Rousseau con el ideólogo de extrema derecha Soral en un antiguo teatro griego». En un contexto marcado por el desmoronamiento del clivaje izquierda/derecha y la expansión de las ideas ultraconservadoras, se ha creado así lo que el politólogo Philippe Corcuff llama un «espacio ideológico confuso»…Un gran mejunje, en suma, donde todos pueden decir cualquier cosa.”
“La posverdad, las fake news y las teorías del complot, en suma, no son un corolario casual de la extrema derecha- dice Forti- sino su estrategia y elemento crucial: son las nuevas armas «de destrucción masiva» que ha sabido utilizar antes y mucho mejor que los demás, con la capacidad de difusión y viralización de sus discursos y eslóganes, a través de las nuevas tecnologías y plataformas.
Con estas armas, la manipulación de la información se profesionalizó en fábricas de des - información (bulos), basada en mentiras y fakes news, desacreditación del rival, discursos violentos, discriminatorios, que incitan al odio. Estas derechas extremas invaden todo territorio democrático para vaciarlo, devorarlo y tomarlo por completo, para implantar su germen.
Algo así sería lo que Forti llama el “Parasitismo ideológico de las extremas derechas”. En otro párrafo lo describe: “Disfrazada de democrática, la extrema derecha no solo ha entrado en las instituciones y comienza a tener un mayor peso, sino que pulula por internet y gangrena las redes sociales -normalizando así su discurso e ideología- para corroer la democracia desde dentro.”
La psicología social descubrió hace tiempo estas herramientas de construcción de las rrss: “La disonancia cognitiva, la conformidad social y el sesgo de confirmación”, todas formas de manipulación que no percibimos fácilmente y que, por ejemplo, nos hacen ver contenidos repetitivos y acorde a lo que pensamos o sentimos encerrándonos en “burbujas” que nos limitan la mirada crítica y que son caminos de manipulación cognitiva justamente si son manejados con fakes news constantes.
El autor explica en su libro “Extrema Derecha 2.0” que: “…no son solo noticias falsas: también hay «ciencias falsas (fabricadas por los negacionistas del cambio climático o los antivacunas), una historia falsa (promovida por los supremacistas blancos), perfiles de “americanos falsos” en Facebook (creados por troles rusos) y seguidores o likes falsos en las redes sociales (generados por unos servicios de automatización denominados bots)>> Algunos especialistas consideran que más que de fake news, sería más apropiado hablar de desinformación ya que esta «no comprende solo la información falsa, sino que también incluye la elaboración de información manipulada que se combina con hechos o prácticas que van mucho más allá de cualquier cosa que se parezca a noticias, como cuentas automáticas (bots), vídeos modificados o publicidad encubierta y dirigida»
A esto debemos añadir otros elementos absolutamente novedosos como la perfilación de datos psicométricos extraídos de las redes sociales para predecir con precisión las ideas y decisiones individuales, la personalización de la propaganda y la capacidad de los bots para imponer agendas y manipular el peso de las informaciones que se difunden. Un caso sintomático es el que reveló el escándalo de Cambridge Analytica que influyó notablemente en el referéndum británico y las elecciones presidenciales estadounidenses de 2016.
“… La empresa de Alexander Nix, dirigida también por Bannon y financiada por hombres de negocios ultraconservadores como Robert Mercer y Arron Banks, de hecho, obtuvo de forma ilegal los registros completos en Facebook de casi 90 millones de ciudadanos en Estados Unidos y Gran Bretaña. Como explica Wylie, «los modelos de “me gusta” en las redes sociales, las actualizaciones de estado, los grupos, los seguimientos y los clics servían como pistas discretas que podían revelar con mucha precisión la personalidad de alguien» Los sesgos cognitivos, en suma, se usaron para «cambiar las percepciones de la gente» a través de una propaganda personalizada elaborada gracias a los algoritmos. El objetivo, en síntesis, era «propagar rumores y desinformación para cambiar el resultado de las elecciones »
“En el caso de los bots, por ejemplo, de las cuentas automáticas fácilmente identificables se ha pasado a las cuentas sybils y cyborgs, es decir, cuentas que fingen ser humanos o cuentas llevadas por humanos pero asistidos por bots. Como apunta Simona Levi, «la peculiaridad de la situación actual es que los sesgos [informativos] se pueden generar de forma predictiva y se pueden configurar automáticamente. Es lo que se conoce como “gobernanza algorítmica”» Esto explicaría fenómenos como los filtros burbuja y las cámaras de eco -conectados directamente con el sesgo selectivo o el de confirmación- que producen el gregarismo online y un aumento de la polarización tanto ideológica -es decir, de las opiniones- como de red -es decir, de la estructura de las interacciones”
Suena muy complicado para lxs usuarixs que ahora deben informarse y formarse sobre todas estas técnicas de manipulación en plataformas, pero es importante la difusión y viralización de estos conocimientos, aunque no podamos prescindir del uso de las mismas redes sociales.
Las mentiras vuelan más rápido y hacen más daño: la estrategia ultraderechista
“Las mentiras se propagan más rápido que la verdad: según un artículo publicado en la revista Science, «las noticias falsas llegan veinte veces más rápido que en la relación personal» Como muestra un estudio de la IMT School for Advanced Studies en Italia, «las redes sociales ayudan a que las teorías conspirativas persistan y crezcan en el espacio virtual al crear un ecosistema en el que la verdad de la información deja de importar» La extrema derecha 2.0, en suma, ha entendido que es provechoso ampliar aún más la desconfianza existente hacia todo lo que huele a establishment, empezando por los intelectuales, los científicos y los periodistas.
Otro ejemplo es el haber abrazado o, como mínimo, legitimado el negacionismo científico durante la crisis de la covid-19, minimizando el impacto de la pandemia, criticando las restricciones aplicadas por razones sanitarias, cuestionando las decisiones de la Organización Mundial de la Salud y hasta poniendo en duda la misma existencia del virus. Esta postura encaja, además, con la interpretación ultraderechista de que existe una hegemonía cultural de izquierdas que impone una agenda progresista, lo que el equipo del presidente brasileño Jair Bolsonaro califica de marxismo cultural.”
Teorías conspirativas - Marxismo Cultural ¿Te suena? Hay más…
“…En las campañas electorales han construido un relato basado en las emociones y los sentimientos frente a los hechos y la evidencia: lo visceral ha prevalecido netamente frente a lo racional. De ahí su interés y sus esfuerzos para generar y difundir noticias falsas: en la campaña electoral estadounidense de 2016 la gran mayoría de fake news eran mensajes pro Trump u hostiles a Hillary Clinton, mientras que en Polonia las páginas de fake news calificadas como conservadoras son el doble que las progresistas. Esto se conecta con los estudios de sentiment analysis en las redes sociales que permiten analizar los sentimientos de las personas, sus opiniones, prejuicios y miedos, y, de esta forma, personalizar la propaganda e impulsar determinados mensajes frente a otros.”
El siguiente dato es muy importante porque refiere a un ex colaborador de Cambridge Analytica, Christopher Wylie, que trabajó en el equipo antes de convertirse en uno de los más famosos denunciadores de la historia. Confirma que, en los estudios realizados por la empresa se llegó a la conclusión de que «provocar ira e indignación reducía la necesidad de obtener explicaciones racionales, y predisponía a los votantes a un estado de ánimo más indiscriminadamente punitivo»
Los “memes” también son una herramienta útil y voraz ya que “se asocian a la táctica del llamado shitposting, literalmente «publicar mierda», es decir, trolear y atacar a los adversarios políticos…y llenar de contenido de baja calidad las redes sociales para desviar las discusiones. Tiene también la función de «insensibilizar a los oyentes conforme pasa el tiempo...”
“Si cada día vemos comentarios despectivos y violentos en las redes, es muy probable que al cabo de unos cuantos meses o, como mucho, de un par de años nos acostumbremos”, lo que llamamos des-humanización.
Cada vez son más frecuentes técnicas que rozan la ilegalidad o que son punibles o delito, como el doxxing -la revelación de datos personales de una persona con el fin de intimidar, silenciar y desacreditar públicamente voces críticas y opositores políticos- o los ataques coordinados conocidos como shit storm, literalmente «tormenta de mierda» A menudo estas prácticas se apoyan en las que se han denominado fábricas o granjas de trolls, es decir, empresas que se dedican a crear cuentas automatizadas, difundir noticias falsas y acosar a periodistas o usuarios en las redes sociales.
Esto nos pasó en IF luego de militar activamente el 3 de junio 2023 a través de la acción de denuncia pública con Tendederos de Deudores Alimentarios y Juzgados. Nos trolearon y lo denunciamos. Pudimos recuperar la cuenta de Instagram gracias a la interacción con el equipo de prensa de META ARGENTINA.
“A las redes sociales abiertas, como Facebook, Twitter, Instagram o TikTok, se ha sumado también la propaganda difundida en redes cerradas como WhatsApp o Telegram, posiblemente aún más eficaz. La viralización además no se queda solo en las redes sociales, sino que llega también a los medios de comunicación tradicionales e incluso a los Parlamentos.” El investigador remarca la existencia de unas redes globales para la difusión de los discursos ultraderechistas que “son importantes lobbies -como el de las armas o los vinculados al integrismo cristiano- que promueven una agenda común y financian partidos de extrema derecha.”
En Argentina ahora llegaron a la Presidencia.
Los objetivos de la ultraderecha
En su obra destaca objetivos a corto y mediano plazo:
- Entre los primeros, como el caso de Cambridge Analytica, es ganar elecciones o aumentar el consenso electoral. Así lo hicieron con Trump en EEUU y descubrieron que las fake news eran mucho más eficaces para modificar el voto de la población que los anuncios de campaña electoral tradicionales.
- En cuanto a los objetivos a mediano plazo, la ultraderecha se propone socavar la cualidad del debate público, promover percepciones erróneas, fomentar una mayor hostilidad y erosionar la confianza en la democracia, el periodismo y las instituciones. Lo que permitiría tener el terreno mucho más abonado para la siguiente competencia electoral.
Como resumen podemos comprender que se trata de una guerra cultural y material y que la llevan a cabo, sobre todo, a través de las Tecnologías de la información y la comunicación, para imponer su hegemonía ideológica, generando confusión, crispación y polarizando a la sociedad, dividiéndola para dificultar el consenso social y político. Todo esto para ejercer su dominio y modificar las agendas políticas marcando sus propios temas e intereses, de modo tal que lo inaceptable se vuelva hasta aceptable. Así entonces, el autoritarismo y la violencia pueden ser “orden”, la liberación del mercado con la des-regulación de precios son un sufrimiento “necesario para estar mejor” o el hackeo y robo de tu libertad puede hasta ser una mentira de esta redactora.
Como dice Forti en su pagina 17: “…Que los fantasmas del pasado no se conviertan en los monstruos del futuro”.
Ya sabemos que este parásito está lejos de emanciparnos. La lucha por la emancipación…ya sabemos dónde y cómo hacerla. En todos lados.
TE COMPARTO ACCESO AL LIBRO: EXTREMA DERECHA 2.0