La perspectiva de género que falta en Pinamar. Un cuerpo legislativo que votó la Ley Micaela por unanimidad pero no se capacita ni avanza en la materia.
Los últimos homenajes visibles en Pinamar son tema de opinión para nuestro medio porque no podemos eludir la responsabilidad y compromiso de expresarnos entorno a lo que vemos y nos hace ruido. No se trata de criticar porque sí, sino de ofrecer esta otra mirada que creemos ya no hace falta explicar de qué se trata.
La perspectiva de género en todos los ámbitos sigue siendo un terreno de lucha. En algunos rincones menos, en otros más; pero no se puede dudar de que es un camino de ida o por el contrario, quien lo niegue, sinónimo de estancamiento y de ser obtuso, por no repetir machista. Incluir a las mujeres ( y colectivos de diversidad) es una mirada distinta que sale de los moldes conservadores de mirar “como de costumbre” y eso puede incomodar.
En el caso de Pinamar no hay avances en cuestiones de visibilidad si no es por el impulso de feministas que suelen ser lxs mismas desde hace años. Y si no hay mujeres con esta perspectiva en puestos claves todo avance se detiene, como parece suceder en las instituciones más importantes de la localidad. La agenda institucional suele reducirse a las fechas claves del 8 de marzo o 3 de junio (Niunamenos) y hasta en esas fechas se observaron homenajes y eventos con poca perspectiva de género o desde un lugar que sigue siendo masculinizado. Por ejemplo, durante las actividades del 8 M pasado un reconocimiento cultural en el Teatro de la Torre tuvo a cinco hombres de protagonistas arriba del escenario leyendo poemas de cinco varones escritores, otro varón tocando el piano, todo en honor al Día internacional de la Mujer y para homenajear a una mujer del arte y la cultura Pinamarense. No ponemos en discusión la labor ni el nombre de ninguno de estos varones, sí la masculinización del evento.
No se trata de dividir, se trata de incluir justamente a las excluidas históricamente, mujeres poetas, mujeres de medios, mujeres locutoras, comunicadoras, mujeres artistas, mujeres músicas, el “segundo sexo”, parafraseando a Simone de Beauvoir, que acá quedó en evidencia.
Y tampoco se trata de incluir mujeres el 8 M o el 3 de junio…solamente…
Y tampoco se trata de tener en cuenta a las mujeres en los espacios de “género y diversidad” …solamente…
O de “dejar para después”…porque primero había hombres en la historia.
Y menos se trata de decir que el machismo sea exclusivo de los hombres. El machismo es el patrón con el que crecimos sin excepciones. (lo repetimos porque suena necesario)
Pretendo hacer una crítica constructiva aquí ya que la perspectiva de género es una herramienta que si no surge desde la propia subjetividad y experiencia de vida, puede adquirirse con lectura y /o capacitaciones. Lo cierto es que a veces se confunde o no se instrumenta bien, entonces seguimos reproduciendo patrones culturales machistas.
La idea de desarmar patrones o de-construir para construir algo nuevo no es algo cómodo de hacer, claro. Los seres humanos solemos ser repetidores de costumbres y eso nos da seguridad, cuando lidiamos contra todo aquello que nos “mueva el piso” o que nos haga sentir “que pisamos inseguro”, luchamos contra toda incertidumbre. Pero cabe aclarar que la perspectiva de género no es incertidumbre, sino la certeza de que la historia fue hecha y contada por los hombres, con una mirada androcéntrica que persiste y que excluyó a las mujeres de la historia por desigualdades de género, por estructuras sociales biologicistas construidas culturalmente, por relaciones sociales sexualizadas, con roles asignados que determinaron una división (sexual)del trabajo y de la vida, que privilegió a los hombres y puso en segundo plano a la mujer, menos…en las tareas domésticas y de cuidados, ahí si fuimos y somos las dueñas del rol, las amas de casa, las que damos “amor”: entrega, sumisión, relego por la maternidad, lxs hijxs, etc.
Pero eso lo estamos cambiando y no se trata tampoco de negar a las mujeres que lo eligen, si es desde la propia elección consciente. Lo que decimos es que relegarnos no fue una elección nuestra, sino una imposición, directa o cultural, ejercida por otros o autoimpuesta por creencias. Pero cuando nos dimos cuenta, ya no es lo mismo.
La voz del pueblo
La semana pasada en el Concejo Deliberante de Pinamar se creó un evento de reconocimiento por el día de la Radiofonía Pinamarense. El criterio fue “a quienes se mantuvieron al aire por más de 30 años”, según prensa del legislativo. Cinco hombres nuevamente fueron reconocidos y honrados por esta labor y todo el cuerpo legislativo acompañó el homenaje.
De nuevo, no ponemos en duda ni cuestionamos los varones elegidos ni su trayectoria. Lo que cuestiono es el criterio en el contexto actual. No sirve que me digan que esto se repetirá todos los años y entonces habrá tiempo de meter mujeres en este reconocimiento, porque YA ES ÉSE TIEMPO. El problema es que tenemos un cuerpo legislativo SIN PERSPECTIVA DE GÉNERO. Un legislativo que votó por unanimidad y para el aplauso la Ley Micaela y su adhesión ¡dos veces! A la nacional y a la provincial. Pero que resiste desde estructuras patriarcales y se involucra en pocas capacitaciones o se sirve del “discurso feminista” cuando es oportuno.
Por supuesto que suena dura mi crítica y lo es. Porque están ocupando una función pública para la que pagamos y nos representan pero, cada día que pasa, resulta en un poder que se aleja más del pueblo o desoye la demanda social. Parecen enfrascados en la rosca política propia, algunos parecen detenidos en el tiempo, hablo de siglos anteriores. ¿Consideraron contar con asesoras con perspectiva de género y que conecten con la gente? Puede ser una buena idea.
Lo cierto es que si pongo este ejemplo de la radiofonía es porque quiero aportar y no quedarme en la crítica vacía. El criterio de reconocer a quienes se hayan “mantenido al aire ininterrumpidamente por más de 30 años” fue el que llevó al homenaje de cinco varones porque no hay mujeres que lo pudieran cumplir. Y esto no sorprende claro por un montón de motivos que intentaré resumir en el siguiente apartado:
- Las mujeres no accedían fácilmente al ejercicio de la profesión radiofónica hace 30 años, menos al frente del micrófono para opinar. Hoy está cambiando este panorama pero muy poco y a ritmo lento.
- La radio es un medio que no siempre es redituable y su ejercicio lo mismo, además de que los títulos habilitantes para comunicar no son una condición excluyente. Cualquier persona puede ser propietario de una radio o medio de comunicación, o conducir un programa periodístico, excepto la profesión de locutor/a que está regulada, la de Periodista no.
- Para mantenerse al aire, aún en períodos sin rédito económico no hace falta sólo pasión sino sostén económico por otra vía de ingresos y/o apoyo de red personal en el caso de cuidados familiares, es por esto que las mujeres no pueden (aún hoy) priorizar un oficio o profesión desde el deseo o la vocación solamente, sin rédito económico, sobre todo si tienen hijos/as a cargo u otros familiares que cuidar, tareas feminizadas todavía hoy.
- Los puntos anteriores se relacionan con la baja representatividad de las mujeres en la radiofonía Argentina y la desigual atribución a los varones: basta con ver los números de los medios en general. Una investigación realizada por la Asociación Civil Comunicar Igualdad, presidida por la periodista Sandra Chaher, indica que el 64% de las personas que estudian comunicación son mujeres, pero solo el 30% de las personas que trabajan en empresas periodísticas son mujeres. Y si de afiliación gremial hablamos, solo el 24%.
- La masculinización de la radio tiene que ver con los dueños de las radios (varones) y el mismo sistema patriarcal de siempre. Otra vez sirven los datos: según el segundo informe de la productora con perspectiva de género NQPB (Nos quemaron por Brujas) que se titula “Faltamos en las radios 2020”, luego de más de 100 años de radio: “el 78% de la conducción es masculina, el 22% mujeres. Donde sí tenemos más presencia es en la locución. Según los viejos manuales de radio, las voces “dulces”, “suaves”, podríamos agregar “erotizadas” de las mujeres, siempre son muy necesarias para embellecer el aire de una radio”- especifica el informe.
Ver informe: Faltamos en la radio
Estos datos son argumentos válidos a la hora de comprender el por qué no es fácil encontrar mujeres que se hayan sostenido al aire en la radio Pinamarense por más de 30 años. Luego de que el Concejo Deliberante hiciera este homenaje decidí indagar si había o no mujeres en radio hace 30 años en Pinamar y ¿saben qué? ¡Habia! Y desde el equipo de IF estamos preparando un informe sobre ellas.
Algunas de estas mujeres cambiaron de medio, otras tuvieron que interrumpir su deseo y vocación por que no era redituable la radio y eso era incompatible (y lo sigue siendo) con las tareas de maternidad y domésticas que son todavía hoy la matriz de las desigualdades entre géneros. De hecho, quien escribe es Periodista y madre que cuida sola (no por elección lo último) y las posibilidades de competir en el mercado laboral con colegas varones que disponen de su tiempo para cubrir noticias 24 /7 son nulas. Lo mismo con la radio, quien puede hacer radio no remunerada nunca puede ser una madre jefa de hogar porque esa condición ya le impone dejar de lado la vocación y buscar ingresos a costa de cualquier deseo.
Analizar todos estos factores tienen que ver con mirar la realidad desde la perspectiva de género.
Vuelvo a decir, no es cuestión de contrariar a los hombres porque si, es cuestión de que reconozcan sus lugares de privilegio de siempre, sus roles con ventaja, porque no jugamos con las mismas condiciones y posibilidades en el mercado laboral.
Otro tema para resaltar es que cuando pedimos que incorporen mujeres o tengan perspectiva, suelen responderme que no es una cuestión de género sino de capacidades o de lo que fuera. Jamás discuten eso cuando son solo varones, ¿cierto?
Y esto se traslada a todo. Hace poco escuché a una docente, madre separada que cría sola y lucha en la justicia (por la cuota de alimentos y la tenencia de sus hijos), contar que al progenitor de sus hijos le dieron un reconocimiento en la institución escolar donde ejerce por “no faltar nunca”. Mientras él recibe ese reconocimiento ella tiene muchas faltas claro, lo contrario. La mayoría de las veces por enfermedad, propia o de los hijos. A ella no le dan reconocimiento alguno en el sistema. Pero la que cuida y cría sobrecargada es ella, mientras él ejerce su rol y su profesión libre de presiones de paternidad porque lo hace cuando quiere.
En palabras de Virginie Despentes (1969): “ el feminismo es una revolución no un reordenamiento de consignas de marketing…es una aventura colectiva , para las mujeres pero también para los hombres y todos los demás. Una revolución que ya ha comenzado. Una visión del mundo, una opción. Se trata de dinamitarlo todo…”
No pediré perdón por dinamitar los criterios en Pinamar. Ejerzo mi rol de comunicadora con perspectiva de género desde mi propio medio porque no hay espacios en otros medios que den lugar a esta perspectiva. El tema de lo redituable lo dejamos para otro capítulo. Comunicar con perspectiva de género es una responsabilidad que trae aparejado algunos costos todavía en esta sociedad y me hago cargo. Legislar con perspectiva de género, desde el poder supuestamente representativo del pueblo, debería ser un compromiso ineludible a esta altura.
Esta es mi opinión. La dejo a tu criterio. Yo voy a seguir homenajeando mujeres e impulsando perspectiva de género en todo. Porque es ahora, es justicia, por tantos siglos de silencio e invisibilidad.