Son familia viajera. Pasaron por Pinamar con su Renault 18 “El mañoso”. Vienen de viajar solteros hasta Alaska y retomaron este sistema de vida hace dos años, ahora con hijos. Se sostienen con venta ambulante y de su libro: “Kilómetros por dentro”. En esta entrevista, Juli desmitifica la experiencia y acerca la idea de que no se necesita tener todo resuelto para viajar. El machismo lo vió en toda Latam y EEUU. La propia transformación es la clave de todo en la vida, asegura.
¿Cómo vivir viajando? ¿Cuándo es el momento ideal para hacerlo? ¿Es mejor solos y solas porque con hijos es más difícil? ¿Si son pequeños es más fácil? ¿Cómo hacer con la escolaridad? ¿Se necesita mucho dinero para arrancar? ¿No es sólo en motor home, también se puede viajar en un Renault 18 break? ¿Es salirse de la presión del sistema y vivir más libres? ¿Cómo es la relación con la tecnología, el medio ambiente y los vínculos humanos en esta experiencia? ¿Qué es lo mejor y peor de vivir viajando?
No sé si todo/as nos hicimos alguna vez estas preguntas y pensamos en salir a viajar y dejar la vida rutinaria dentro del “sistema”, pero algunas personas lo hemos considerado alguna vez.
Si sos de esas personas que lo sigue pensando pero siente que “ya se le pasó el tren”, te recomiendo leer esta nota porque responde algunas de esas preguntas. Por supuesto que cada experiencia es única e intransferible y la entrevistada, en este caso Juli, habla desde su propia experiencia, con tranquilidad y aplomo, sentimientos que ella transmite cuando afirma que “Elegir este modo de vida es elegir otro sistema de vida por un tiempo, no es salirse del sistema por completo pero si encontrar otro , con otros matices de cosas como la libertad de quedarse a la vera de un río si te gustó el lugar o aceptar invitaciones de otra gente para alojarse, según el momento, el clima, el lugar, la salud, las ganas. Tiene sus cosas también. Este sistema no es un ideal, no me gusta idealizarlo porque cada persona encuentra su modo de vivir y lo más importante en la vida es la transformación, no importa si estás viajando como nosotros o hacés una vida convencional, siempre vivimos cosas que nos transforman y eso es lo que vale, asi como las personas con las que compartimos.”

Guille pasó por la playa como un vendedor de sahumerios con la marca “Porque la vida vuela”. Yo no tenía efectivo y el celular estaba sin batería en ese momento. Cuando le digo me responde: “Bueno, te los dejo y me girás el pago después”. La risa llegó enseguida y su actitud distinta, de confianza, despertó mi curiosidad.

Ellos son Juli, Guille, Lauti y Valen. Se autodefinen como una familia en movimiento. El nombre que eligieron como marca familiar para su comunicación y redes es “Porque la vida vuela” y es una respuesta justamente. La respuesta que ellos encontraron a la pregunta del millón.
- “Lo lindo es que Lauti y Valen ya vieron un volcán en erupción por ejemplo, no en fotos o contado sino real”- Guille, papá.


¿Cómo empezaron con la idea?
Son de Córdoba, ella de una pequeña localidad llamada Colonia Tirolesa y él de la capital cordobesa. Se conocieron siendo estudiantes universitarios. Juli tenía 25 años y Guille 28 cuando comenzaron con la idea de viajar juntos. Ella se estaba recibiendo de Kinesióloga y él de Profesor de Educación Física. La idea de aventura comenzó en 2011 para probar otra vida fuera de la “convencional” y el primer objetivo fue recorrer todo el continente y llegar hasta Alaska en su primer auto, el Renault 18 Break que hoy llaman “El mañoso” y está adaptado.
“En ese primer viaje no había redes sociales, ahora es distinto porque abrís las redes y hay de todo, entonces pienso que hay gente que quiere hacer esto pero no se anima porque cree que tiene que comprar un motor home inalcanzable y no es así.”- afirma Juli.


El viaje a Alaska les llevó 3 años, viajaron sin tiempo y lograron el objetivo. Luego regresaron a su casa en Córdoba.
“Es una experiencia transformadora, nos pasaron cosas fuertes como pareja, como personas, porque sacás a relucir tu nivel de tolerancia, el compañerismo, un montón de aptitudes, y el amor fue una construcción más genuina que antes. Esa experiencia nos sirvió como base para hacer la familia que hicimos luego.”
Cuando regresaron a Córdoba cambiaron el deseo y esta vez fue tener hijos y una casa. Tuvieron la casa y dos hijos, Lauti y Valen pero cuando llegó la pandemia volvieron a pensar en salir. Lauti finalizó 2do. grado en la escuela tradicional y Valen salita de 4. Cuando decidieron comunicarles a los niños que viajarían fue un proceso que vivieron juntos, al modificar el auto por ejemplo, hablaban y compartían también fotos del viaje a Alaska, surgían las preguntas:
“¿Y nosotros donde estábamos cuando ustedes fueron a Alaska?”- preguntaban los niños y el viaje se iba internalizando entre fotos, anécdotas y la preparación del Mañoso para el viaje.

La escolaridad en casa por la pandemia fue una previa, empezaron a mirar videos de otras familias viajeras, sumado a la experiencia de haberlo ya vivido, todo hizo que no fuera un salto al vacío.
“Sabés que existe otra manera de vivir, nos agobió la rutina de la pandemia y, lo vivido hacia Alaska, nos había fortalecido mucho como pareja. Sabíamos que con hijos no era lo mismo pero para nosotros el caos es parte de la familia, no nos asusta ni nos separa, nosotros lo disfrutamos un montón, porque imaginate que haber vivido en un auto con tu pareja durante 3 años, es un montón de aprendizaje”.
A Pinamar vinieron porque una familia que los sigue en redes les ofreció quedarse, a veces se quedan unos días en casas de familias que los invitan y a veces usan el patio de la casa para estacionar. El mañoso tiene cocina y camas.
“No es que estamos siempre en el auto, a veces hacemos base en casas de familias así, pero nuestro auto está adaptado para viajar y vivir. Igual buscamos campings y lugares con duchas, también nos gusta estar en la naturaleza perdidos y acampar para bañarnos debajo de un chorro natural de agua, si no fuera así no podríamos hacerlo claro”.
- ¿Qué pasa si se enferman los chicos?
Se enferman poco pero si no tenemos base recurrimos a un Hostel o buscamos lugares donde quedarnos. Nos pasó en La Quiaca que Lauti se sintió un poco mal y nos quedamos ahí tranquilos en una Posada.
- ¿Cómo sustentan el viaje?
Hacemos de todo un poco, como viste. Guille vende Sahumerios, hacemos serigrafía con nuestro logo y vendemos las remeras en eventos sobre todo, cuando nos pide la gente que nos sigue. Y vendemos el libro.

El libro
“Kilómetros por dentro: el viaje como camino de transformación” lo escribió Juli y lo diseñó Guille. Lo escribieron para transmitir no sólo anécdotas del viaje sino esa experiencia transformadora que Juli describe como capas de una cebolla que vas quitando entorno a prejuicios y creencias que vas superando a medida que viajas de este modo, que no es lo mismo que viajar de vacaciones a un hotel y en avión.
“Esta experiencia es transformadora, está buena y a veces no tanto, te vas quedando como desnuda/o, pero después te re armas y si o si cambian cosas, desaparecen muchos prejuicios y también respecto a vos misma. Te enriquece como persona en el sentido de que vivís la vida como más liviana porque solemos cargarnos mucho. Quizás no hace falta viajar tampoco sino parar la pelota y saber que queremos de la vida”.






Cuentan su experiencia personal para inspirar a quienes se animen a salir sin tener todo resuelto y ése es el mensaje principal que quieren transmitir. “Nosotros salimos y no tenemos todo resuelto, no es que no tenemos miedo, pero vas opacando esos miedos cuando lo vas viviendo.” Y explica que estos dos años desde que volvieron a viajar esta vez con hijos, cada tanto vuelven a Córdoba y “cuando estacionan” les cuesta un poco arrancar por la familia y sobre todo por “la nona”, la abuela de los niños. Para este segundo viaje eligieron países que no habían recorrido tanto en su primer viaje, como Chile, Uruguay, Brasil, Paraguay y volvieron a Bolivia y Perú para compartir la cultura autóctona con sus hijos.
Y cada tanto regresan a Córdoba, como lo hicieron en una oportunidad para buscar más libros.

La escolaridad
Respecto a la escolaridad de los niños están inscriptos en un sistema público a distancia que es para ciudadanos Argentinos que están en el exterior. Es una plataforma digital donde suben módulos por semestres y hacen tareas.
La escuela de la vida
Para Juli el mayor aprendizaje en esta experiencia son la flexibilidad, la adaptación al cambio, estar bien y no pensar en lo que te falta. “Las prioridades de saber que nos tenemos a nosotros mismos y eso ya es muchísimo, el ahora, ser felices con ir a la playa hoy y estar juntos, ir a la verdulería a comprarnos fruta o ir a comprarme una bikini si la necesito, es ser felices con lo que somos, con lo que tenemos, con lo que estamos creando. Porque tenemos todo para vivir en una casa con una vida convencional pero somos felices de poder estar dándoles esta niñez y lo hacemos ahora que tenemos la energía para hacerlo.” – agrega.
- ¿Si volvieran a estacionarte en Córdoba ejercerían sus profesiones convencionales?
Hay que ver, ya lo hicimos antes, no creo ahora del modo convencional porque nuestro modo de ver la vida cambió.
Sobre las mujeres y el machismo en Latam
- ¿Viste el machismo recorriendo Latinoamérica?
Si claro. Y en EEUU también. Viajando se ve mucho esto de que las preguntas van hacia Guille siempre, sobre todo por el auto. Le preguntan a Guille como se le ocurrió cada cosa y él responde amablemente que se nos ocurrió a ambos, y lo armamos juntos. Pero es constante, le hablan a él, el foco está puesto en el hombre y la mujer está pintada.
Juli considera que en Argentina hicimos una base anti machista importante y eso no puede desaparecer pero reconoce que hay un retroceso en cuanto al poder de la palabra para las mujeres y el poco entendimiento de lo que el feminismo es en realidad, esto de tener que explicar lo básico de nuevo.
- “Siento que había cosas superadas y ahora te cuestionan por ser mujer y más por ser feminista”
Un momento clave del viaje a Alaska
Todo en la entrevista vuelve al tema de la experiencia que impacta en cada uno de ellos como seres humanos en constante transformación, por eso Juli subraya un momento clave que vivieron como pareja y como personas cuando iban hacia Alaska en su primer viaje, y es parte del relato del libro.
“Cuando íbamos hacia Alaska con Guille, en un momento pasábamos por México y decidimos volvernos. Habíamos cambiado tanto los dos, después de 2 años de viaje que llevábamos, fue como replantearnos quiénes éramos. Hablábamos de lo de antes, hasta con el machismo estábamos cambiando, en ése proceso de viaje nos volvimos cooperadores pero ¿Antes como éramos? Nos teníamos que perdonar cosas, actitudes machistas, ya no éramos los mismos y nos sucedió una crisis existencial, entonces decidimos parar el viaje y volver para estar con familiares y gente cercana porque tener una crisis y estar 24/7 con el otro no es fácil. Retrocedimos un montón de kilómetros pero finalmente decidimos atravesar esa transformación y seguir avanzando hacia Alaska, sentimos la pulsión a seguir.”
Si hay un aprendizaje de vida es la gestión de la emocionalidad, en movimiento o desde casa, el punto es que gestionar las emociones es un tipo de inteligencia que no tiene mucha prensa ni materias en la escuela pero se vuelve uno de los mayores desafíos en la vida de cualquier persona. De eso habla Juli.
“Nos fuimos volviendo habilidosos en gestionar las emociones, ahora somos familia entonces no son solo mis emociones o las de Guille sino de los 4. Pero es como una sabiduría que cada cual va adquiriendo en la vida, no importa si estás viajando o no, es con todo lo que nos pasa en la vida, si sos madre sola adquirís una sabiduría que solo vos sabés. No importa cuál sea el camino, es cuestión de estar abiertos a la transformación con las experiencias de vida.”
La charla siguió por esos lugares de desmitificar y des- romantizar todo, desde la maternidad hasta la idea de que solo viajar te abre a la experiencia transformadora. “También podemos crecer como personas, cambiar, con todo lo que nos pasa en la vida. No hay moldes ideales, por ejemplo con la maternidad, te romantizan todo pero nadie te dice lo duro que es y todo lo que vas a pasar. Lo importante es que puedas amarte estando cansada también, aceptando eso no tan bueno que pasa con la maternidad, o lo mismo con la vida en pareja, no es todo hermoso, es un camino constante y estar dispuestos a abrir puertas que antes estaban cerradas, con cada cambio en la vida, si decidís cambiar de laburo, mudarte, etc”.








- ¿Cómo siguen?
Queremos cruzar a África con el Mañoso porque es la casita propia, es el lugar seguro, es el protagonista del libro también. Los niños incluso se cocinan solos en el auto, saben y conocen cada rincón.
África es un sueño porque quieren un cambio de cultura con un sentido profundo. “África es un continente enriquecedor para entender el nacimiento de la Humanidad y queremos que los niños conozcan su historia y cultura. En Europa pensamos en otro sentido, allí está todo resuelto y lo consideramos para cuando seamos adultos mayores. Así que si alguien sabe como colaborar con nuestro propósito, brindándonos información, datos, contactos, todo nos sirve para cumplir nuestro próximo sueño que es llegar a África con el mañoso".


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Fotos: Infobae y Porque la vida vuela IG.
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