Asumió Boric. Chile vive un momento histórico que renueva la esperanza para toda Latinoamérica. Feminismo, DDHH, ambiente y pueblos originarios marcan el rumbo del joven presidente.
Gabriel Boric, el presidente más joven de Chile, militante de la izquierda universitaria, desestructurado y progresista, es el hombre del momento. Asume su mandato como un ídolo nacional. El mundo mira al otro lado de la Cordillera ante este cambio rotundo que es el resultado de años de protestas y lucha contra ataques a los derechos humanos.
Se perfila un Chile democrático y feminista, acorde a los tiempos de la dignidad humana, la igualdad y equidad, la justicia social y la escucha verdadera al pueblo, esa que responde con políticas públicas inmediatas y acordes.
El pueblo se siente representado en Boric y la esperanza rebrota en toda la región.
"Las cabritas, que hace dos años dijeron basta, saltaron molinetes del metro y cambiaron toda Latinoamérica, las que nunca dejaron de luchar, ya sean de colegios privados o liceos, de nuevo salen a poner su cuerpo. Emociona lo que lograron y lograrán".
(8 M desde Chile, Olga Panicelli)
Compartimos el texto que nos envía la compañera Olga Panicelli, desde Chile:
"Nueve años atrás, el dirigente estudiantil Gabriel Boric increpaba al presidente Sebastián Piñera, diciéndole: 'Los gobernantes tienen el deber de escuchar lo que propone la gente en la calle.'
Hoy, siendo él presidente de la nación, lo vuelve a expresar, y para refrendar que no será una frase circunstancial, basta ver quiénes lo acompañan en esta gesta que tanto nos esperanza. Porque desde que una cabrita de 16 años dijo ¡Basta! a un aumento de transporte, saltó un molinete del metro, y comenzaron a seguirla, primero sus amigas, luego otras, y cientos y miles y millones de mujeres dijimos que ya no podíamos más, y fuimos nietas, hijas, madres y abuelas juntas a gritar ¡Basta!! Y luchamos desde cada lugar, poniendo nuestros cuerpos en las calles a las balas de los perros pinochetistas aún presentes en la fuerza de policía. También dimos nuestras luchas en todo espacio de la sociedad.
Y se escucharon nuestras voces, y las de mujeres inmigrantes con sus urgencias, las de pibas (perdón el argentinismo) que comenzaron a visibilizar sus problemas, distintos a los de esas abuelas que tanto se acostumbraron a creer que en Chile nada nunca cambiaría, creían que esta sería otra moda pasajera, hasta que pudieron darse cuenta que esta vez la lucha sí se hacía realidad.
Y se logró escribir una nueva Constitución que será mucho más adecuada a estos tiempos, donde la mujer indígena logra derechos para su pueblo que nunca más podrán ser vulnerados.
Gabriel nos escuchó, y por eso confía su gobierno al llamado 'gabinete feminista', donde una mayoría de mujeres ocuparán cargos claves.
Y Allí la veo a Izkia, la artífice de esta victoria popular, la madre lactante que se cargó la campaña al hombro para derrotar al nazismo de Kast, y entre acto y acto amamantaba a su guagua, la mimaba, cuidaba y ante las críticas solo continuaba.
Veo a la nieta de don Salvador Allende, que ahora mandará a los milicos que aún añoran el pinochetismo.
A Camila Vallejos, compañera de lucha de Boric desde la estudiantina, que ya adelantó que se avanzará sin descanso en todos los ítems donde siempre nos postergaron.
Nos falta muchísimo, aún no logramos una ley de interrupción voluntaria del embarazo, ni igualdad laboral, ni una educación sexual integral obligatoria, y mucho menos una reforma judicial a una justicia patriarcal donde se debe demostrar que no somos culpables de que nos violen, nos maten, nos vejen.
Permítanme un momento personal, del cual me enorgullezco: el día del ballotage, la derecha cesó el transporte público, miles de personas en los apeaderos ( garitas) de las micros no sabían qué hacer, pues sus lugares de votación a veces distaban kilómetros de sus hogares. Y entonces muchos decidieron sacar sus automóviles particulares para trasladarlos, llevarlos a votar. Y con mil temores de cargar desconocidos, aún así decidí salir a hacerlo, ser transportadora de un pueblo que necesitaba cambiar de rumbo.
Hoy lo veo a Gabriel y cierro los ojos, por un momento imagino cómo sería hoy si el terror ganaba, con un candidato que no creía en derechos femeninos, ni en la ONU, ni en el calentamiento global, con ideas tales como esterilizar a mujeres inmigrantes, un fanático religioso que pregonaba que el lugar de la mujer era su casa esperando a su marido.
Hoy podríamos estar sumidas en el terror, el pueblo eligió entregarse a la paz y la esperanza.
Confiamos en vos, Gabriel ...perdón ... confiamos en Ud, señor Presidente Gabriel Boric. 'Los gobernantes tienen el deber de escuchar lo que propone la gente en la calle.'