Los textos de Marina llegaron a tiempo para desnudar el aburguesamiento del movimiento o sectores del feminismo cuyo abordaje deja demasiada gente afuera. Mucho sin comprender ni aprehender y de ahí cierta frivolización y el escaso intento de pensar que le otre es justamente otre, que le pasaron cosas distintas y su socialización se llevó a cabo en ámbitos muy diferentes sin ningún privilegio y medide desde un pedestal discriminador.
Marina Klein nació en Buenos Aires en 1974 y escribe desde siempre, al menos a partir de lo que recuerda a través de una memoria aliada desde niña a la lectura y la escritura. Tiene múltiples publicaciones en su propia editorial "Frenéticxs danzantes", es directora y editora de la revista "Extrañas noches - Literatura visceral" y nos convida con algunas de ellas:
- ¿Te gustó coger?
- La vida secreta de quien come en la cocina
- Sacame tu feminismo burgués de los ovarios: Ensayo sobre trabajo doméstico y explotación
Ayer leí en varios lugares de estas redes el post de una mina que contaba que, harta de educar a su marido, cada vez que el chabón le pregunta algo, ella finge demencia y responde No Sé.
El tipo pregunta Dónde están las llaves? No Sé. Qué hay de comer? No Sé. Y así…
Sigo sin entender de qué forma esa actitud puede ser liberadora.
Si para tratar con el macho las mujeres tienen que cargar con el peso de mentir, de hacerse las boludas o de omitir verdades, en lugar de poder decir lo que realmente quieren decir. Por temor a la confrontación, a la discusión o al desacuerdo. Es exactamente lo mismo que vienen haciendo las minas hace siglos como estrategia de supervivencia dentro del patriarcado sin que nada se modifique ni un centímetro.
La liberación es decir lo que se te canta, lo que te molesta, poder poner límites, decir si estás cansada de algo y todo eso; y estar con una persona que quiere estar con alguien que dice lo que se le canta y le parezca algo copado.
Si para no llevar peso de las tareas del hogar solA tenés que fingir demencia, posiblemente lo que hay que pensar es por qué compartís la vida con un señor así. Y si lo hacés a conciencia, ok, pero no lo vendan como una solución o un acto de rebeldía porque es una gilada.
Es absolutamente funcional al patriarcado. Es No Molestar, y sigue siendo una táctica pedagógica.
Las Mujeres No Tenemos Porque Hacer Pedagogía con Ningún Señor.
Basta de boludeces.
Sus redes:
- Facebook: Marina Klein