El “Día del Padre” es un agujero negro para las familias monomarentales en Argentina porque no hay padres presentes sino progenitores que marcan con su ausencia de alimentos y cuidados amorosos.
Es domingo “Día del Padre”, el mensaje llega por todos lados, tv, medios y redes sociales, la cultura ahí de frente estampándonos en las narices un día que no es de celebración ni alegría para quienes soportamos el incumplimiento alimentario y de reparto en los cuidados. Es un día que hay que reivindicar obviamente y acá vale la aclaración de la diferencia entre “ser padre” y ser “progenitor”, porque este último es un término empleado entre las familias monomarentales ya que pretende hacer justicia, al menos desde el lenguaje.
No tengo ganas de explicar que comporta “ser padre” porque no creo que haga falta, sólo decir que se ejerce día a día con amorosidad, presencia irrenunciable y cuidados de toda índole. Me sale decir que la celebración de este día “se gana” con lxs hijxs, no se impone. Pero venimos y vivimos todavía hoy en una cultura hipócrita y con los valores mal ubicados desde el patriarcado. Quiero decir que de nada sirve que vengas a imponerles a tus hijxs que pasen este día con vos si no los alimentás, no estás presente en sus vidas, jamás viniste a un acto escolar ni te importa si tienen ropa o pueden seguir yendo a sus actividades. De nada sirve que impongas con tu ego patriarcal la fotito en las redes sociales para ¿hacer ver qué? cuando tu machismo inamovible te impide ver que crecen con tu ausencia y que tu ausencia es huella que marca. ¿Pretendés que te llamen PADRE cuando no tenés idea de las horas, los días y los años que necesitaron ropa, calzado, compañía, escucha, cuidados, seguridad emocional, planes y sostén de todo tipo? La cuota alimentaria es sólo una parte y nunca pero nunca, llega a suplir todo lo que lxs hijxs necesitan pero además, lo groso del tema es que todavía hay que explicar que es violencia de género, económica, psicológica, emocional y muchas pero muchas veces, es motivo de golpes y violencia física, hasta femicida. Porque sabemos de casos donde la última discusión previa al golpe fue por un tema de dinero o patrimonio.
Los incumplidores alimentarios en Argentina son millones y las mamis que criamos solas somos millonas. No es una violencia de género de las más visibilizadas ya que la agenda de los movimientos feministas estuvo puesta en las violencias físicas y de salud como los femicidios y el aborto, pero desde miles de rincones federales estamos poniendo en agenda esta violencia escandalosa que supera en números lo que puedan imaginar.
Es un domingo frío en Pinamar y me vuelco a escribir como catarsis. Si no tuviera las letras seguramente descargaría por otro lado. Hace días que vengo pensando en qué hacer este domingo, otro domingo “Día del padre” como tantos otros de los 8 años que llevo lidiando sola con la sobrecarga económica y de cuidados de mis tres hijxs. Sé que del otro lado hay montón de mamis igual y montón de hijxs que lo vivieron o viven, nos llamamos familias monomarentales. Y sé lo que sienten porque nos atraviesa por igual, por eso pensé que hoy podíamos compartir al menos este abrazo que pretendo darles.
Ya pasé por llevar a mis hijxs a ver al progenitor y comprarles un regalito para que se lo entreguen, porque eso es lo que yo quería enseñarles, que el amor se demuestra con presencia, o quizás se lo quería enseñar a él. Inútil esfuerzo. Ya pasé por soportar la carita triste de mis hijxs y la frustración por esas promesas incumplidas, las veces que se enfermaban pero yo sabía que esa tos, fiebre o dolor de garganta tenía una razón emocional. Ya pasé por enojarme por sus ausencias, por el dolor de no poder entender cómo se puede ser indiferente a las necesidades de lxs hijxs. Pero comprendí muchas cosas en este proceso, la principal es que se trata de una violencia de género directa hacia mi, como mujer. Mis hijxs viven las consecuencias claro, directas. Pero lo oculto de esta violencia, que deben comprender operadores de la justicia, profesionales de la salud, medios de comunicación sin perspectiva y toda la sociedad, es que para el incumplidor alimentario el dinero tiene un sentido fálico, esconde un pacto sexual invisible que se rompió al momento que nosotras decidimos separarnos y como éramos objetos sexuales, ya no hay pacto. Entonces cortan la manutención y cuidados porque la responsabilidad no es un valor que los caracterice y eligen “culpar” o “victimizarse” para justificar lo injustificable. Es fundamental comprender que no hay “mujeres vividoras” detrás del reclamo de cuota alimentaria, que buscan dinero para banalidades ni tampoco es un “conflicto conyugal” porque ya el hecho de tener que recurrir al sistema judicial para reclamar esto, es violencia de género.
A las mamis que criamos solas quiero decirles que acá estamos, desde IF y otros medios de comunicación que ya entendieron la importancia de poner en agenda esta enorme violencia y vulneración de DDHH, desde montón de agrupaciones feministas, docentes, profesionales de abogacía con perspectiva, psicólogas y periodistas, etc. Acá estamos sumando y luchando cada día por visibilizar lo oculto y dañino.
Estuve una semana pensando qué plan hacer con mis hijxs para no conectarnos con ese vacío de este día y esquivar la tristeza que ya no es buena compañera. No la elegimos.
Seguramente les pasó lo mismo. Y no siempre salen los planes como queremos pero lo importante es saber que estamos juntes. Hoy recibimos muchos mensajes de redes sociales volcando este sentir, perfiles de madres que crían solas, de agrupaciones que militan el incumplimiento alimentario en las agendas políticas y pública, de medios que también comprendieron la importancia del mensaje en este día simbólico, y de hijxs…que ya se animan a publicar también lo que sienten.
Elijo algunos para mostrarles acá: Marina
El doble sabor está presente, dulce por saber que nos tenemos, amargo por corroborar, día a día, que somos millones.
En nuestras historias re compartimos algunas de esas publicaciones y también te invitamos a recorrer nuestra web y redes sociales donde encontrás variedad de notas gráficas y audiovisuales sobre el incumplimiento alimentario. Te brindamos información científica, datos, investigaciones, voces expertas y más, para que tengas más herramientas para comprender que no es tu culpa, se llama patriarcado. Además te cuento que escribí mi tesis de grado sobre esta violencia porque como sabemos hacer las feministas, transformamos el dolor en lucha y conocimiento: “Lo personal es político”.
Hace poco publicamos una Campaña, que también está en nuestro perfil, donde interpelamos: “Le preguntaste a tu amigo si cumple con la cuota alimentaria?”, hoy es un día para reflotarla. Te cuento que no fue sencillo armar la campaña ya que somos madres que desde diversas agrupaciones a nivel federal intentamos organizarnos por whatsapp y encuentros virtuales para definir los términos de la misma, la consigan principal, la fecha de lanzamiento, etc. Sin dejar de mencionar que las mujeres que vivimos esto no tenemos tiempo de sobra sino todo lo contrario, nos cuesta organizarnos por la sobrecarga, priorizamos las demandas de nuestrxs hijxs porque nos tienen a nosotras solamente, lidiamos con la economía diaria, la comida, las compras, la casa, las tareas, el trabajo remunerado y no, nuestra jornada laboral es 24/7 porque hasta cuando dormimos seguimos buscando soluciones para estar más livianas. Todo es mucho hasta para contarlo acá. El punto es que logramos sacar la Campaña del incumplimiento alimentario y nos pusimos como premisa no contarnos cada caso personal para no perder el foco del objetivo. Pero se vuelve inevitable porque lo que más necesita una madre en estas condiciones es escucha, asesoramiento, contención y acción. Acción desde mil lugares. Una de las mamis volcó un sentir y ahí voy. Porque dijo algo en un momento que fue identificación total y dolor, compasión y comprensión absoluta. Es un lugar emocional, un agujero negro, por donde seguramente muchas de nosotras pasamos:
“Muchas veces tuve la fantasía de morirme o ir directamente al juzgado y decirles que les entrego mis hijxs porque no puedo más, que se los den al progenitor y veamos si se ocupa”.
Yo no sé si vos llegás a comprender el grado de desesperación que hay detrás de este sentir. Así de duro es cada golpe silencioso del incumplidor alimentario.
Y cuando habla de ir al juzgado es porque ese sistema legal que te dice que denuncies y recurras, resulta ineficaz, una ruta crítica que agobia y re violenta porque está minado de operadorxs judiciales machistas que menosprecian esta violencia y resultan cómplices. Sin reforma judicial feminista y paridad de género con perspectiva, en todo el sistema, los cambios son más lentos que una tortuga.
A todas las mamis que crían solas y a lxs hijxs que lo vivieron y/ o viven quiero decirles hoy que sean fieles a ustedes mismxs, que no les impongan nada y que si sienten que nadie entiende, acá estamos. Hay tribu de mamis criando solas, hay tribu de hijxs que se animan a hablar, busquen dónde les quede mejor pero dejen de sentir culpa o de preguntarse porqué, dejen de intentar analizar la mente o conducta de ese progenitor ausente o intermitente, porque es inútil tratar de comprenderlo como caso personal, sepan que se llama patriarcado y es cultural. A semejante monstruo hay que vencerlo en forma colectiva y política.
Distraigan el domingo. ¿Por qué no? solxs o con esa gente que es familia porque hace bien.
Y FELIZ DÍA DEL PADRE OBVIO! A TODOS LOS PADRES QUE EJERCEN SU ROL CON RESPONSABILIDAD Y AMOROSIDAD como tiene que ser.
A vos mami que cría sola, te dejo esta publicación: