Hacían radio en los 80´ y 90´cuando no era habitual ver mujeres en el medio. En esta nota comparten recuerdos, anécdotas y opiniones. Son dos de las pioneras que te vamos a contar en varias notas.
La radio, el medio socializador por excelencia de los inicios del siglo XX todavía hoy debe romper las barreras de acceso a las mujeres y ofrecer no sólo mayor participación sino también mayores contenidos con perspectiva de género para cumplir con su rol social.
“Si las cosas siguen igual, se necesitarán al menos 67 años más para cerrar la brecha promedio para la igualdad de género en los medios de comunicación tradicionales. Entre el 2015 y el 2020, la aguja avanzó un punto hasta el 25% en la proporción de sujetos y fuentes que son mujeres” – Resume entre otros hallazgos el MONITOREO GLOBAL DE MEDIOS 2020 en su sexto proyecto que fue realizado en plena pandemia.
Un cuadro estadístico del monitoreo revela que en el año 1995 el porcentaje de mujeres participando en radio era del 15 % contra el 75 % de varones y luego de 25 años, en 2020, los números mejoraron pero sigue siendo una brecha enorme: 23 % de mujeres y 77 % de varones.
En Pinamar la historia no fue distinta y todavía hoy cuesta que sean reconocidas y nombradas. Por eso consultamos a varias mujeres de los medios locales y descubrimos que en los años 80´ y 90´ había profesionales trabajando desde distintos sectores de las primeras emisoras. En esta nota te contamos algo sobre dos de ellas.
Lucrecia Capparelli: sin careta
Es Licenciada en Psicología. Vive hace 45 años en Pinamar. Empezó haciendo Periodismo gráfico de oficio y luego pasó por radio y tv. Sus comienzos en radio fueron en la primera emisora de Frecuencia Modulada local “FM Pinamar” por el año 86' junto a Reinaldo Savino. Hacían “Sin careta”, el primer programa con contenidos e información ya que, hasta ese entonces, había sólo música en el aire de los bosques y el mar. El programa siguió al aire luego por otras emisoras: Estación Comunitaria, Estación Marina y años posteriores Lucrecia siguió haciéndolo sola en Playa Verde y FM 2000 que fue una radio propia, en sociedad con Luis Aller Atucha y Juan José Pruitti. En el 99' entra como Jefa de prensa municipal y decide renunciar a su sociedad en la emisora. “No me parecía ético estar de los dos lados del mostrador”- Expresa Lucrecia sin rodeos. Mientras hacía todo esto lo combinaba con su maternidad de tres hijos: “era difícil por la doble carga laboral que nos toca a las mujeres”, aclara. La estabilidad en radio la encontró cuando tuvo su propia emisora (ya que nunca cobró un sueldo) y recuerda esa experiencia de FM 2000 como la más estable económicamente con Juanjo Priutti y María Rosillo en la producción comercial. Considera que la formación de oficio en Comunicación es una tradición de nuestro país que ha permitido que surjan grandes Periodistas, como los del siglo 20, en las propias redacciones, ejerciéndolo, cuando todavía no existía la Carrera Universitaria. “Es importante el estudio y la regulación como en toda profesión porque se ejerce mejor pero en lugares pequeños como Pinamar no había formación en Comunicación, por ejemplo, hasta que el Instituto Gabriela Mistral trajo la tecnicatura así que la libre expresión prevalece como prioridad“ - opina Capparelli, respecto a la no regulación del Periodismo o Comunicación como condición para trabajar.
Anécdota
Tiene tantas anécdotas que le resulta difícil contar sólo una y con esa autoridad que te da la experiencia relata: “He tenido el privilegio de hacer notas a Presidentes, ex presidentes, ministros, gente muy interesante, artistas, pero hay algo que tiene que ver con el trabajo de radio y lo importante que es, a través de la voz, transmitir no sólo noticias sino también sentimientos y emociones. Algo que me conmovió muchísimo fue cuando yo estaba haciendo un programa y mi mamá se enfermó seriamente, empezó a llamar gente, a la cual yo no conocía pero ellos me conocían de la radio, para ofrecerse a ayudarme en el cuidado de mamá. Fue algo que me movilizó mucho y me hizo entender que los lazos que uno establece con el radioescucha son muy fuertes. Uno se mete en esas casas y forma parte de esa familia, entonces esto es una responsabilidad enorme que significa cuidar muy bien lo que uno dice y como lo dice para que esa intrusión en los hogares sea beneficiosa y no todo lo contrario.”
Martha Sagasti: comunicadora y artista en gira
Llegó a Pinamar en 1978 cuando todavía no existían radios locales. Tiene tanta trayectoria como recuerdos: “La radio acá surgió en el 83' u 84' y la foto es de 1986' u 87' en FM Pinamar con la telefonista Andrea Pontnau, Silvia Astrada como invitada y Hugo Manso, que estaba a prueba en la columna de Deportes. El operador era Gerardo Torres y la radio funcionaba donde vivía la familia Mattiassich. En la foto yo estoy hablando con una oyente”.
Martha es Comunicadora Social. Ejerció la profesión durante 20 años mientras lidiaba con la maternidad sola. Tiene 4 hijos: Federico, Mariano, Guillermo (que falleció) y Francisco Bandi. Fue capacitadora en la primera FM Pinamar, donde además hizo la mañana con un programa de interés general y la noche con “Románticos en la Madrugada”. Trabajó como conductora y productora de programas propios, locutora, programadora, hizo voz en off. Pasó por FM emisora de la Costa (de los hermanos Lespio) donde estuvo a cargo de la dirección y producción de “Compartiendo”, un programa de interés general por la mañana. También estuvo en FM 2000 donde hizo “El sol de la tarde”, un programa infantil los sábados y “Viaje de placer”, nocturno de música e historia. Sus años de radio también acumulan recuerdos en FM Class con Guillermo Jozami y FM Estación Marina con Rodrigo Silva y Susana Dos Santos como asistente y telefonista.
Nobleza obliga
Martha pasó por la tv (TVC) en Canal 4 Pinamar también para hacer notas en exteriores y allí aprendió de otra mujer que la capacitó y la preparó para dejarle el cargo de Jefa de Producción del único canal de tv que existía en Pinamar.
Liliana García Acosta
“Liliana fue la primera mujer de comunicación profesional de los medios en Pinamar, olvidarla es no tener ética ni corazón. Era feminista, honesta, ética y avanzada para su época. Acá fue ninguneada y tuvo que irse para poder trabajar, hizo grande cosas, cubrió casos importantes y fue reconocida. Falleció el 10 de diciembre de 2006 y su hijo Lucas sigue viviendo y trabajando acá. Ella merece todos los reconocimientos”- detalla Martha y abre la puerta para la investigación de otra pionera.
La incansable Sagasti recuerda que durante 6 años trabajó a la vez en FM Pinamar, FM Impacto de Villa Gesell (donde conducía el programa “Ómnibus” de 14 a 20 hs con “Polly” y Salas, dueños de la emisora) y en Canal 4. “Viajaba en el Montemar con mis peques, corriendo para cumplir con todo porque el único sueldo en blanco era el de la televisión, el resto entre sueldo no registrado y porcentajes de publicidad, si se bajaba un auspiciante había que buscar otro”- describe la comunicadora.
Una anécdota
“Salíamos a cubrir notas todos los días con Oscar Pérez que era el camarógrafo. Lo hacíamos en su auto cascajo y yo iba siempre impecable para hacer las notas. Teníamos que dejar el auto en las lomas para no tener que empujarlo después porque no arrancaba. Ese día vamos a cubrir la colocación de la Piedra fundacional para la construcción de la Sociedad de Fomento de Ostende y no lo dejó en loma. ¡Yo me enterraba y caía en el arenal vivo para llegar hasta ese sitio donde no existía nada, quedé como hurraca cagada a palos con los pelos! También recuerdo en las inauguraciones y eventos que cubríamos lo perdía siempre a Oscar… por la comida, se desaparecía!”
Entre risas, Martha describe que eran una gran familia y que eran épocas donde no se valoraba el arte de trabajar en los medios y opina que no cambió tanto éste tema porque la política invierte en medios cuando necesitan publicitar sus campañas en épocas electorales.
Una bomba
Otra anécdota que recuerda sin tanta gracia es un día que esperaban que terminara la sesión en el Concejo Deliberante, cuando estaba ubicado en la galería San Sebastián, y se encontraba acompañada por Lucía Castellano (cronista de gráfica) y su compañero Oscar. Jorge Echeverría era Secretario y lo veían de espalda. Había muchas personas presentes, de golpe estallaron los vidrios y Martha terminó debajo de un escritorio. Era una bomba. “Pusieron una bomba por suerte casera y pequeña pero uff, que épocas que pasamos”, exclama entre recuerdos buenos y no tanto.
El acoso sexual en medios
Sagasti es sagaz y va directo al punto. “A las mujeres nos acosaban. A mí me veían como `brava´ porque no quería que me vieran sexualmente para que me valoraran cómo `par´, así que prefería que me ignoraran a que me siguieran como perros alzados. No teníamos apoyo de leyes como hoy. Si abusaban, se te reían o te decían `eso te pasa por ser linda´! Estaba recién separada con niños de 8 a 2 años, alquilaba, la plata no alcanzaba y no tenía familia para apoyarme, las mismas mujeres eran pre juiciosas con `las separadas´ porque `era siempre la culpa de la mujer que no pensó en sus hijos´, era una carga muy pesada cuando no había espejos entre las del mismo género. Después vino una época que se separó medio Pinamar.”
Recuerda el acoso sexual constante y sus intentos por sostener su fuente laboral para poder mantener lo básico de la manutención de sus hijos ya que no contaba con cuota de alimentos ni ayuda en los cuidados, algo que hoy estamos poniendo en agenda por la gravedad de esta desigualdad y violencia, que ya no es naturalizada como antes. El eterno tema del acoso sexual en el ámbito laboral lamentablemente sigue vigente y Martha no esquiva el tema:
“Hacerme un lugar en el medio fue muy difícil, estresante, porque me encerraba en la cabina de locución para llorar por la separación, lejos de mi ciudad, sola y sin ayuda. Era acosada pero tenía un trabajo en blanco que me aseguraba el techo y los servicios. Con la radio hacía canjes de comida y algo de ropa para los peques. En mis notas yo repreguntaba a los poderosos y no salían al aire porque lo llamaban a mi jefe y me decía que había sido `dura con el entrevistado´. Presenté la renuncia por el correo y con mis tres peques me senté en las escaleras y lloré como una niña. Ahí empecé con clases de teatro en las escuelas y me quedé solo con las radios.”
Control - regulación de medios y comunicadores
Respecto a este punto Martha opina que no se controla ni se regula quien habla ni quien puede ser propietario de un medio pero que el hecho de que un periodista sea matriculado no es sinónimo de buen periodismo ya que “hay profesionales recibidos sin huevos para preguntar , tibios o que arreglan con el poder de turno”. Considera que el estudio y la formación son importantes si hay amor por la profesión pero que en radio la gente quiere compañía, humor, información y entretenimiento. “Se trata de entrar a su casa y su corazón”- remata la artista que hoy divide sus días entre el arte callejero, el teatro y su trabajo inmenso por les pibes a través de “Arte en gira” que es teatro social independiente y merece capítulos aparte para contarlo.
A Martha puede que te la cruces en alguna plaza, en el playón de Bunge y Marco Polo, en fechas especiales del calendario donde ella encuentra sentido e inspiración, como el 24 M, el Día de la Niñez, fechas patrias o juntadas feministas del 8 M o el 3 de junio. Pero quizás no la reconozcas, excepto que seas de Pinamar. Acá sabemos que debajo de Frida, detrás de esa clown colorida, de Mery Poppins o de esa ángel rodeada de niñes, está ella, artista, comunicadora y creativa en constante gira.