Al cumplirse el centenario de las huelgas patagónicas y el fusilamiento de 1500 obreros rurales, hecho que el historiador, periodista y escritor Osvaldo Bayer narró en su libro "Los vengadores de la Patagonia trágica", Mariana Dufour presentó junto a su colaborador Javier Cocuera, su libro homenaje al "Viejo anarquista", "Revolución es la Palabra", en el Centro Cultural Kirchner.
“Vamos a celebrar la vida de Osvaldo, su obra y su palabra, siempre militante, siempre valiente”, explicó Mariana antes de esa primera presentación a la que asistieron el hijo menor del homenajeado, Esteban Bayer, así como algunas personalidades de la Cultura y los Derechos Humanos tales como Adolfo Pérez Esquivel, las Madres de Plaza de Mayo, Taty Almeida y Nora Cortiñas, Mailén Cárdenas y Cristina Banegas. En la emotiva presentación se pronunciaron palabras de homenaje, se leyeron fragmentos del libro y también algunos poemas.
Durante casi dos años Osvaldo Bayer recibió en su casa a músicos, poetas y periodistas para hablar de su pasión por la poesía. Jaime Torres, Víctor Heredia, Raúl Zaffaroni y Stella Calloni, entre otros, compartieron con él evocaciones sobre la vida y la obra de Gelman, Urondo, Walsh, Yupanqui y Conti. Estas reflexiones forman parte del libro "Revolución es la Palabra".
En medio de las charlas en "El Tugurio" surgió la idea de celebrar a autores que habían nutrido la vida de Bayer con su amistad y admiración mutua. Se trataba nada menos que de rendir homenaje a los "militantes de la desobediencia y la justicia", que habían compartido tiempos de censura, cárcel y exilio. ”Me gusta la idea. Es un homenaje necesario. Hermoso. Nos faltaba la poesía”, había expresado Osvaldo, “Pero ya estoy cansado. Tengo 89 años. Vos te encargás de todo", le dijo a Mariana y ella, como la gran gestora cultural que es (además de escritora y periodista), organizó y coordinó esos encuentros entrañables que unían a unos grandes que ya no estaban, con los que en esos días se reunían a recordar.
Esos encuentros organizados por Mariana se hicieron en la casa de la calle Arcos, en el porteño barrio de Belgrano, hogar paterno de Bayer al que Osvaldo Soriano bautizó "El Tugurio". De ese modo, los amigos, colegas, compañeros de lucha o exilio de los escritores y poetas elegidos estuvieron allí compartiendo charlas en las que se habló de distintos temas rodeados de música, lecturas y el cariño y la admiración por el anfitrión. Bayer había esperado con suma emoción a Miguel Ángel Estrella, Adolfo Pérez Esquivel, Stella Calloni, Ponciano Cárdenas, Alejandra y Marcelo Conti (hijos de Haroldo), Jaime Torres, Teresa Parodi, Horacio Fontova, Carlos Malbrán, Pablo Llonto, Marián Farías Gómez, Raúl Zaffaroni, Alejandro Apo, Cristina Banegas, Víctor Heredia, Carlos Aznárez, Beatriz Pichi Malen, Fernando Buen Abad, Lorenzo Pincen, Tito Cossa y Héctor Olivera que llegaron a tiempo de pasar junto al gran escritor unas de las veladas más hermosas de sus vidas.
Las emotivas reuniones se fueron realizando a lo largo de un año y medio, y cada una enhebró como hilo conductor la obra y protagonismo artístico-político en su tiempo de Juan Gelman, Hamlet Lima Quintana, Paco Urondo, Armando Tejada Gómez, Rodolfo Walsh, Haroldo Conti, Atahualpa Yupanqui, Jaime Dávalos, Alfredo Zitarrosa, Eduardo Galeano y Osvaldo Soriano. “Nos propusimos desentrañar la importancia que tiene la palabra en la delicada tarea de despertar conciencias y encender la resistencia. Pensar la significación que adquiere la poesía para concebir la identidad latinoamericana y alzar la paz. Pero la paz, no como sinónimo de calma, sosiego y silencio, sino concebida como acción, como grito. La paz protagonista, rebelde y fundante de Justicia”, dijo Mariana Dufour acerca de su bella tarea organizativa y de recopilación de testimonios inolvidables.
Fueron veinte las charlas desarrolladas en medio de la mateada, que era muy bien acompañada por facturas, churros y otras delicias. El vino no faltó para los "brindis anarquistas" en que se chocaban las copas heroicas, aquellas sobrevivientes de distintos juegos familiares, una de cada color y distinto tamaño. De aquellos testimonios recopilados nació el libro del que participó también el especialista en Literatura Javier Corcuera.
Mariana Dufour es escritora, periodista y comunicadora social, hizo en Pinamar un intenso trabajo a favor del respeto y la reivindicación de la diversidad cultural. Gracias a esa, su labor pertinaz, se inició en nuestra ciudad balnearia la tradición anual de la Pacha Mama que organiza, desde entonces, la colectividad boliviana. Ha estado presente desde el primer momento en la lucha por el Museo histórico y el logro de una ordenanza que legisle la creación de centros culturales y casas de artista. Es una mujer que lucha contra todos los obstáculos que atraviesan nuestras trayectorias de comunicadoras y artistas y este logro, de un libro homenaje a uno de los latinoamericanos más bellos y dignos que tuvimos en Argentina, se cuenta doble por las peripecias que conlleva el que lo haya coordinado y parido una querida e incansable trabajadora que no claudica y nos dice: "Somos palabra. Construimos el mundo con ellas. Negada por el mercado, la poesía resiste en las paredes, en las calles y en las redes, para que la injusticia quede expuesta y provoque indignación. Para que el lenguaje se despliegue con su mejor traje. Porque la poesía es una forma de belleza. Y la búsqueda de la belleza es siempre un acto revolucionario.
Así, Revolución es la Palabra alberga la última voluntad del inquebrantable defensor de la verdad, los derechos humanos y la justicia social: abrazar la vida y la obra de sus amigos y amigas a través de la palabra compartida. Una tarea que, a su decir, había quedado pendiente: “¡Nos faltaba la poesía!”.