Lía Ruau, la mujer de temple de acero que lucha contra el olvido.
Vaya que el de anoche fue un cierre de jornada cargado de sentidos: los estudiantes de quinto y sexto año del turno vespertino reunidos en la biblioteca de una escuela secundaria, una de los adolescentes y jóvenes arrullaba a su hijita de meses y una mujer madura les contaba la historia reciente. Les explicaba con sumo compromiso y amor por qué conmemoraríamos, apenas unas horas después, el día en que comenzó un plan sistemático de secuestros, torturas y asesinatos de opositores políticos para poder instalar el terror y que en ese clima de silenciamiento se implantara un modelo económico que arrojaría a millones a la pobreza: el neoliberalismo. Los y las estudiantes querían saber, y preguntaron todo lo que Lía respondió con su gesto de mujer vehemente que resistió, desde aquella madrugada aterradora de 1978, todo lo que devino al secuestro de su marido, detenido desaparecido Jorge Vázquez, cuando quedaba sola con dos niños pequeños y un tercero que albergaba en su vientre. Cuarenta y cuatro años después de su proyecto de vida truncado por la última dictadura, sin claudicar jamás en su lucha, Lía Ruau continúa el camino de la Memoria de la región. Leyó el pasado diciembre el texto de otra viuda, cuando el nombre de su marido detenido desaparecido se pronunciaba en el cementerio de Madariaga, en tanto se lo señalaba Sitio de la Memoria, porque ahí se perpetraron enterramientos clandestinos de los cuerpos de los secuestrados procedentes de los vuelos de la muerte, hallados tiempo después de que los arrojaran vivos desde los aviones de la Fuerza Aérea, en las playas de Pinamar.
Lía resistió, peleó, se ganó sin buscarlo, porque no acepta ejercer ningún rol protagónico, convertirse en la mujer de la región más admirada por su labor incansable en pos de la Memoria. Hoy, 24 de marzo, las mujeres y los y las docentes le agradecemos tan inmenso y valiente trabajo en contra del negacionismo y el olvido. Hoy conmemoramos un día doloroso, pero con la sonrisa a flor de labios porque el trabajo de los organismos de Derechos Humanos, como la Comisión de la Memoria que ella representa en General Madariaga, han sembrado sin descanso y su lucha condujo a los juicios a los genocidas y que se revele poco a poco la Verdad. Han acompañado a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo logrando una consciencia ciudadana tan férrea, que ningún atisbo negacionista podrá debilitar.
Seguiremos trabajando por la Memoria, anoche decenas de estudiantes emocionados con las palabras de Lía nos mostraron que la cosecha será próspera. Que las voces de los Treinta mil nunca dejarán de escucharse, porque aquí estamos para que sus palabras y sueños no se pierdan. La estudiante madre presente, manifestó el dolor que le produjo saber que les robaron los bebés a las mujeres secuestradas en los centros clandestinos. Algo sucedió en ese instante, sabemos que los hilos de la Memoria tejen su misión sin cesar y anoche pudimos verlos en plena labor.
A cuarenta y seis años, Memoria, Verdad y Justicia.
No olvidamos, no perdonamos, no nos reconciliamos, exigimos juicio y castigo a todos los represores y que se abran los archivos de la última dictadura.